Las emergencias y los desastres que impactan al patrimonio cultural del país, significan un problema permanente y de gran impacto. Además, representan una enorme responsabilidad para quienes trabajamos para la conservación material de los bienes culturales. Derivado de ello, en 2015 se integró un planteamiento de trabajo, a través del cual se buscaba atender este reto de manera organizada, sistemática, incluyente y permanente. Desde entonces, se ha trabajado para construir una 'cultura de la seguridad' para el patrimonio cultural a cargo del INAH. Inicialmente, se arrancó dentro de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), pero con el paso del tiempo, las actividades de este proyecto se han extendido a otros lugares del INAH, e incluso a instancias externas, también responsables, o corresponsables de la Conservación del patrimonio cultural. Este proyecto se ha ido adecuando al contexto institucional y a los recursos disponibles, pero no ha perdido el enfoque inicial y por sus características definitorias. Durante 2020, el proyecto pudo seguir su cauce, pese a las condiciones extraordinarias que el trabajo padece a causa de la pandemia SARS-CoV-2. Solo se postergó, la sociabilización de los materiales producidos. Esperando que se den a conocer cuando se regrese al trabajo presencial.