La antigua misión de Cocóspera es uno de los complejos misionales más importantes del noroeste del país, ya que no sólo es uno de los últimos espacios de reducción fundados por Eusebio Francisco Kino a principios del siglo XVIII en la Pimería Alta en el actual estado de Sonora, sino porque tanto el abandono que ha sufrido la misión como espacio habitable en los últimos 150 años, como la ausencia de pobladores en sus inmediaciones, han permitido que el sitio se conserve virgen, sin alteraciones o modificaciones, como ha sucedido con casi todos los demás complejos misionales que se conservan dentro de los centros urbanos del estado de Sonora. Esto lo convierte en un sitio único para el estudio de las transformaciones culturales de los últimos 300 años en esta región del país. El abandono, una ventaja en términos de investigación, empero, lo hace muy susceptible al saqueo, por lo que una intervención cuidadosa que permita abrirlo al público es sustancial. Hoy día el complejo misional se encuentra totalmente sepultado y el único edificio visible del conjunto es el templo, mismo que sufrió varias remodelaciones y rehabilitaciones antes del siglo XX debido a los continuos ataques de grupos indígenas, y a problemas de manufactura y falta de mantenimiento. Sin embargo, pese a que esta iglesia se encuentra en ruinas y sin cubierta definitiva, aún conserva sus rasgos arquitectónicos predominantes y una buena parte de su decoración, aspectos que se manifiestan en este caso por dos estructuras que conviven dentro de un mismo espacio: una primer construcción jesuita a base de adobe y madera con recubrimientos de cal que se encuentra dentro de una edificación posterior que, si bien reutiliza secciones del anterior edificio, fue remozada por frailes franciscanos casi en su totalidad con adobe y ladrillo y recubierta con cal en su exterior y con una compleja decoración de yeso en su interior durante el siglo XIX. Este sitio, en particular el templo, tienen una gran carga simbólica para el estado de Sonora. Como ya se dijo, el templo se encuentra en un estado de conservación muy precario, siendo el abandono, el saqueo y la imposibilidad de abrirlo al público sus factores principales de deterioro.