Entre los años 1997 y 1999, un coleccionista de piezas arqueológicas reintegró a la nación materiales arqueológicos de naturaleza vegetal sustraídos clandestinamente de cuevas secas localizadas en la parte norte del Estado de Guerrero, elementos que se comenzaron a estudiar partir del año 2016. De 2016 a 2019, se analizaron alrededor de centenar y medio de textiles, estableciéndose que las fibras utilizadas fueron de maguey, de ficus o amate y de palma; adicionalmente se lograron definir las técnicas de manufactura. Los resultados fueron entregados en cuatro informes anuales consecutivos. Durante los años 2020 a 2022, se estudiaron ocho elementos del subgrupo de huaraches, conformada por poco más de cincuenta ejemplares, lográndose determinar que todos ellos fueron manufacturados con hojas de palma soyate (Brahea dulcis). Con el fin de situarlos cronológicamente, durante los años 2021 y 2022, el Laboratorio Nacional de Espectrometría de Masas con Aceleradores del Instituto de Física de la UNAM realizó el fechamiento de seis de ellos, encontrándose que sus edades radiométricas oscilan entre 736 ± 30 y 2341 ± 45 años antes del presente. Adicionalmente se llevó a cabo el análisis de la técnica de elaboración, estudio que permitió establecer que la pieza más antigua, en realidad no es un huarache, sino que se trata de un objeto cuya utilidad o uso no se puede establecer por encontrase en proceso de elaboración. El examen de los ocho elementos puso de manifiesto que cada uno de ellos está tejido con ligamento de tafetán o plana, siendo la única variable, el número de urdimbres utilizadas que pueden ser dos, tres, cuatro o una combinación de tres y cuatro en una misma pieza. Se elaboraron los informes anuales correspondientes. Durante 2023, con la colaboración del Laboratorio de Genética Forense de la Escuela Nacional de Ciencias Forenses de la UNAM, se aplicó luz forense a una veintena de las piezas textiles, entre lienzos y huaraches, sin que ninguna de ellas resultara positiva a detección de fluidos corporales. Se elaboró el informe respectivo. De la consulta bibliográfica se ideó una nueva propuesta de análisis no destructivo que se pondrá en práctica durante 2024. La importancia académica del estudio radica en la poca cantidad de piezas textiles arqueológicas de la Cuenca del Balsas, que existe, particularmente de calzado, y que, a partir de su conocimiento, se pueden realizar inferencias arqueo-etno-botánicas, socioculturales , biológicas y genéticas relevantes.