Respecto a lo previsto en objetivos para el año 2017, se puede señalar que el alcance fue parcialmente satisfactorio en un 80%. Tales búsquedas documentales permiten establecer la hipótesis provisional de que la intrusión o adopción de sacos y gabardinas en varias escenografías donde la danza de Diablos o Tenangos es representada entre pueblos de morenos en la zona limítrofe oaxaco/guerrerense de la Costa Chica tendría como posible términus a quo al menos desde la sexta década del siglo que pasó, pues se le documenta positivamente en tal data. En tanto el términus ad quem aún está variando, pero con todo, aún puede decirse encajaría en el esquema de los sobrenatural o lo excéntrico, sin dejo peyorativo alguno. Asunto apoyado porque la descripción de indumentaria cotidiana de los comparecientes a juzgados por alguna falta, hasta la década segunda del siglo XX, estante en los archivos judiciales jamiltepecanos escrutados, a más del fenotipo trigueño, son huaraches y calzón de manta; lo que ratifica de aquella indumentaria, su calidad de uso en tiempo ritual. En tanto la mascarería de la sexta década, acusa ciertos rasgos con el Kibarankohn Camerunense. En este año de 2018, etapa XIV, se pretende proseguir y finiquitar tal escrutinio en los repositorios judiciales jamiltepecanos. Por lo que toca al análisis de la onomástica de los santorales del siglo XVIII y XIX, acopiados, y su aplicación en los libros de catolicidad en bautizos novohispanos puede sustentarse que no he hallado tendencia que apoye indubitablemente el predicado de que en el bautizo de un crío novohispano, se le aplicaba por el cura de almas, el nombre del santo que regía en tal día. Claro que falta agotar más materiales, de los que ya he hecho mayor acopio, así en almanaques como en bautizos novohispanos, para hacer concluyente la afirmación de que en los bautizos de niños nahuas no se seguía ni siguió la prescripción precolombina del tonalpohualli para nombrar a neonatos, como indebidamente se halla en cierta literatura historiográfica. A la par tal indagación permite, mediante el cotejo complementario de inventarios y del sacramento matrimonial deducir si los neonatos melanodermos del partido de Teotitlán del Camino Real, fueron objeto de continuidad cultural en la asignación de sus nombres por sus progenitores o ancestros bozales, en la medida que en el África Bantú es norma cultural que el neonato supuestamente reencarne al ancestro más próximo; pues así se conjura, metafísicamente hablando, la discontinuidad de la cadena de la vida o n´tu. Proseguiré con la indagación. Se pretende, porque está sujeta la ponencia a aprobación por los organizadores, participar en la 43.era Conferencia Anual de la Asociación de Estudios del Caribe (AEC) a celebrarse en la Habana, Cuba del 4 al 8 de junio del presente año, en la mesa: 1. "imaginarios culturales y saberes. Las fronteras y los valores simbólicos en desplazamiento. Insularidad y cultura. Migraciones, ir y volver, la transnacionalidad y la plurinacionalidad". Para lo cuál se está en proceso de redacción de la sinopsis y de forma paralela, al acopio de materiales de primera mano, con el propósito de exhibir en tal ocasión, que entre la población negra esclava novohispana existió un imaginario que trascendía los límites geográfico-territoriales de su cautiverio, de tal modo que podían construir un conocimiento más allá del simplemente allegado de su unidad de consumo de su fuerza de trabajo, llámese ingenio, obraje, batán u otros, y que, alimentados por ello por vías diversas fueron capaces de construir un horizonte de expectativas, real o fantástico, que les coadyuvó construir una conciencia aspiracional reflejada en sus impetraciones a sus superiores.