La cerámica prehispánica del sur de Querétaro y Guanajuato era poco conocida hasta hace algunas décadas en la literatura arqueológica. A mediados de los años 40 del siglo pasado se dieron a conocer las excepcionales vasijas de Chupícuaro, luego de haberse realizado trabajos de salvamento arqueológico en terrenos que serían inundados por las aguas de la Presa Solís, en las inmediaciones de Acámbaro, Gto. Y sólo hasta la década de los 60 se dieron a conocer otros materiales cerámicos, ahora de la cuenca del Río Laja, hacia el centro-oriente de Guanajuato. A partir de los años 70 se desarrollaron una serie de proyectos arqueológicos en el sur de Guanajuato y Querétaro, permitiendo el establecimiento de varias secuencias cerámicas, que abarcaban desde 500 a.C. hasta la época de contacto con la cultura europea. Por otro lado, se han ido conformando importantes colecciones de cerámica prehispánica que son resguardadas en diferentes museos tanto regionales como municipales y locales, pero no siempre contienen muestras que reflejen la secuencia completa de la fabricación de estos elementos. Por último, aunque se han hecho muchas publicaciones relativas a estos materiales, en la mayoría de los casos se trata de la presentación de tiestos, pocas veces vasijas completas y se encuentran en publicaciones dispersas.