Los orígenes de la arqueología en México [2018]
OBJETIVO GENERAL
Objetivos de la línea de investigación Existe un gran número de interrogantes acerca de los orígenes de la historia del arte y la arqueología mesoamericanas. Muchos de ellos tienen que ver con el contexto social, económico, político y cultural a fines del siglo XVIII y principios del XIX. En particular, es fundamental saber cuáles fueron los principales estímulos que inspiraron a los estudiosos novohispanos y mexicanos, y a los viajeros europeos a dirigir su mirada hacia el pasado prehispánico por medio del análisis de los monumentos escultóricos y arquitectónicos conocidos en aquel entonces. El propósito de la línea de investigación que propongo también reside en conocer a los principales protagonistas de esta aventura intelectual: su vida personal, su entrenamiento profesional, sus intereses específicos, el objetivo de sus pesquisas, sus enfoques históricos y estéticos, etcétera. De igual trascendencia resulta explorar cuáles eran las conexiones que vinculaban a estos individuos y cuáles eran las instituciones académicas en torno a las cuales giraban sus actividades anticuarias. Otro aspecto crucial es el análisis sistemático de los primeros estudios de los monumentos escultóricos y arquitectónicos en Tenochtitlan, Xochicalco, Cholula, Mitla, Cantona, El Tajín, Isla de Sacrificios, Mexicaltzingo, Texcotzingo, Tecozautla y Monte Albán, entre muchos otros sitios arqueológicos. Al mismo tiempo, la literatura sobre dichos sitios producida durante los siglos XIX, XX y XXI debe ser analizada desde el punto de vista historiográfico con el fin de evaluar las repercusiones que tuvieron los primeros estudios anticuarios en el desarrollo de la ciencia arqueológica y la historia del arte. Sin lugar a dudas, los ilustrados del siglo XVIII y los sabios y viajeros del siglo XIX son los primeros eslabones de una larga cadena del conocimiento, de una tradición compuesta por sucesivas generaciones de especialistas en el pasado prehispánico. En suma, el objetivo central de la presente línea de investigación es arrojar luz sobre todos los aspectos relacionados con el origen y los primeros desarrollos de los estudios mesoamericanos, así como sobre sus repercusiones a lo largo del tiempo.
ANTECEDENTES
El presente proyecto dio inicio en 2002, año en el que fue autorizado por el Dr. César Moheno, Secretario Técnico del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y el Antrop. Fís. Juan Alberto Román Berrelleza, Director del Museo del Templo Mayor. Desde aquel entonces fue concebido como una línea de investigación a largo plazo y sin una verdadera fecha de término, la cual no requeriría de un presupuesto específico y se haría a ritmo lento debido a que sería un proyecto de carácter secundario y paralelo a mis principales obligaciones en la institución: la dirección del Proyecto Templo Mayor y la enseñanza en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía. En esta ocasión, presento un documento en el que deseo explicar las metas del proyecto "Los orígenes de la arqueología en México", así como los productos obtenidos hasta el día de hoy en el rubro de publicaciones, todo esto con el objeto de darlo de alta en el actual sistema de proyectos del INAH.
DESCRIPCIÓN
La arqueología a fines del periodo colonial e inicios del periodo independiente. Una de las épocas más fascinantes de la historia de los estudios mesoamericanos se remonta a la segunda mitad del siglo XVIII y la primera mitad del XIX, es decir, al ocaso de la Colonia y los albores del México independiente. Estos son cien años seminales a nivel científico, en los que se fundan las bases de la historia del arte y de la arqueología consagradas al estudio de las sociedades que poblaron el actual territorio mexicano antes de la llegada de los españoles. En aquel entonces, la Nueva España vive sus últimos momentos en medio de la inestabilidad económica, social y política que resultaría en la guerra de Independencia y culminaría con el nacimiento de la República Mexicana. El sello de estos tiempos es dado por las ideas de la Ilustración que, pese a su introducción tardía en la Nueva España, encuentra un terreno extremadamente fértil en esta colonia hispana. Pronto se diseminarían ahí estas ideas entre los criollos, alimentando un creciente espíritu independentista y promoviendo la reevaluación del pasado prehispánico con fines tanto académicos como políticos. En gran medida, este interés inédito en las civilizaciones que surgieron en el Nuevo Mundo antes de la conquista europea se debe al impulso dado por los reyes borbónicos Carlos III y Carlos IV a la arqueología y a todas las ciencias en general. Debemos recordar que ambos monarcas no sólo fueron los promotores de las primeras exploraciones en Herculano, Pompeya y Estabia, sino que también fueron los patrocinadores de numerosas expediciones científicas por el orbe y del establecimiento de institutos, academias, jardines botánicos y museos en sus dominios de ultramar. Otro de los catalizadores de este proceso fueron los proyectos de renovación urbana emprendidos en la ciudad de México por el virrey Juan Vicente de Güemes y Pacheco, segundo conde de Revillagigedo. Como resultado inesperado de estos trabajos urbanos, docenas de esculturas mexicas salieron a la luz, incluyendo a la Coatlicue, la Piedra del Sol y la Piedra de Tízoc. Todos estos monumentos de la antigüedad fueron objeto del escrutinio de los más ilustres intelectuales de la Ilustración y de un creciente número de aficionados y diletantes que vivían en la ciudad. Su alta visibilidad en los lugares públicos, generó curiosidad, debates, publicaciones y el deseo de preservarlos para la posteridad. Algunos fueros salvaguardados en recintos del conocimiento como la Academia de las Tres Nobles Artes de San Carlos y la Universidad Real y Pontificia, esta última transformada tras la Independencia en el Museo Nacional de México. Fueron igualmente importantes los reconocimientos sistemáticos de numerosos sitios arqueológicos como Xochicalco, Teotihuacan y Mitla; la publicación de noticias sobre ruinas más distantes como El Tajín y Palenque, y la formación en la ciudad de México de las primeras colecciones públicas y privadas de antigüedades. Todos esto sucedió precisamente en el siglo al que nos referimos. Los protagonistas de este escenario caracterizado por una tremenda efervescencia cultural incluyen a individuos con personalidades y orígenes diversos. Entre ellos podemos mencionar al polígrafo Antonio Alzate y Ramírez, al dibujante Luciano Catañeda, al botánico Vicente Fernández, al capitán de dragones Guillermo Dupaix, al ingeniero en minas Fausto Elhuyar, al coleccionista Ciriaco González Carvajal, al sabio Alexander von Humboldt, al astrónomo y anticuario Antonio de León y Gama, al geólogo Andrés del Río y al arquitecto Luis de Martín. Décadas después, ya en el México independiente, serían sucedidos en sus esfuerzos por una larga serie de amantes del pasado prehispánico como los mexicanos Ignacio Cubas, Carlos María Bustamante, Ignacio Icaza e Ignacio Gondra, y los europeos Carl Nebel, Carl Uhde, Frédéric Waldeck, Lukas Vischer y muchos más. Paradójicamente, la enorme importancia de este periodo para la historiografía de la arqueología y la historia del arte mesoamericanas no se corresponde con el escaso interés contemporáneo en su estudio. Con notables excepciones, los estudios generales modernos sobre la historia de la arqueología en el continente americano consagran apenas unas cuantas líneas a esta época y a sus representantes más insignes. En tanto arqueólogo que ha excavado y publicado activamente en México, estoy firmemente convencido de que nuevos estudios críticos y de carácter historiográfico sobre el periodo 1750-1850 son necesarios para la comprensión de los estudios mesoamericanos. Es tiempo de comprender en su conjunto a los anticuarios y aficionados de aquellos tiempos no como individuos aislados, tal y como se ha hecho hasta ahora, sino como integrantes de vastas e intrincadas redes de conocimiento.
NOTAS
- Descripción de actividades: Para el presente ejercicio 2018 se seguirá con la Fase C del proyecto, la cual es descrita líneas arriba. Se trabajará fundamentalmente sobre la historia de la arqueología de la ciudad de México en Teotihuacan, Tenochtitlan y Coyoacán durante los siglos XVIII y XIX.
- Vinculación del proyecto: Este proyecto es de carácter internacional, tomando en cuenta que buena parte de los documentos textuales y gráficos que sirven de base para la investigación se encuentran en el extranjero, fundamentalmente en los Estados Unidos y Europa. Eso implica contacto con instituciones y especialistas del extranjero A este respecto y en términos muy generales, el proyecto puede definirse en tres grandes fases: Fase A (agosto de 2002-agosto de 2005). En esta primera fase, dedique mis mayores esfuerzos a compilar información de primera mano. Enfoqué las labores en la búsqueda y registro de fuentes históricas de los siglos XVIII y XIX, tanto publicadas como inéditas, trátese de textos o de imágenes relativas a los estudios mesoamericanos. Los documentos que consulté pertenecen a muy diversas bibliotecas y archivos de México (Archivo General de la Nación; Archivo Histórico del Gobierno del Distrito Federal; Archivo Histórico "Genaro Estrada" de la Secretaría de Relaciones Exteriores; Biblioteca Nacional de Antropología e Historia; Archivo de la Academia de San Carlos; Biblioteca Nacional de México; Biblioteca del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM; Biblioteca del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM), Francia (Mediathèque du Musée du quai Branly; Bibliothèque de Sainte-Geneviève; Bibliothèque Nationale de France; Collection Doucet; Bibliothèque Villon de Rouen), Inglaterra (British Museum; British Library), España (Archivo del Museo Naval; Biblioteca del Museo de Ciencias Naturales) y los Estados Unidos (Nettie Lee Benson Collection, University of Texas at Austin; Alfred M. Tozzer Library, Harvard University; Center of Maya Research). Al mismo tiempo, examiné y registré muchos de los monumentos arqueológicos estudiados por Álzate, Castañeda, Dupaix, y León y Gama con el fin de alcanzar una mayor comprensión de sus observaciones e interpretaciones. En menor medida, revisé las fuentes bibliográficas modernas sobre los individuos y el periodo en cuestión. Fase B (septiembre 2005-diciembre 2006). En esta segunda fase continué mi investigación en la Biblioteca de Dumbarton Oaks y en otras bibliotecas de las ciudades de Washington (Library of Congress; Lauinger Library, Georgetown University) y de Filadelfia (Philosophical Society). Por otra parte, continué la búsqueda y registro de documentos históricos relevantes a mi tema de investigación, así como la lectura de estudios modernos sobre el periodo y los autores ya mencionados. Mi estancia en la biblioteca de Dumbarton Oaks por un año me proveyó del ambiente ideal para analizar y contrastar la información hasta ese momento recopilada y comenzar la redacción de los primeros manuscritos de libros, capítulos y artículos en visos de su publicación. Fase C (enero de 2007-presente). En esta fase, me dedico a dar a conocer los resultados de mis investigaciones por medio de comunicaciones orales (ponencias y conferencias) y escritas (publicaciones especializadas y de divulgación). Paralelamente continúo con las investigaciones de nuevos materiales de primera mano. Eventualmente, en el futuro prepararé una exposición temporal en algún museo de la ciudad de México sobre el tema de investigación.
Folio SIP
10723
Fecha de inicio
2014-07-01
Fecha de término
2018-12-31
Categoría
Unidad Administrativa
Área normativa
TITULAR DEL PROYECTO
PARTICIPANTES
Director de proyecto (pdr): Leonardo Náuhmitl López LujánCOBERTURA
Ubicación geográfica