Nació en la Ciudad de México el 15 de mayo de 1914. Ingresó a la Facultad de Derecho en 1933 y se recibió como abogado en 1939. En 1951 se matriculó en la Escuela Nacional de Antropología e Historia para estudiar arqueología y después realizó estudios de etnología. Fue un defensor incansable del patrimonio cultural de México. A lo largo de su vida realizó una amplia labor de investigación, docencia y lucha social. Sus reflexiones fueron fundamentales para la integración de la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, en 1972, instrumento en el que se establece que el Estado es responsable de la custodia de este legado, evitando así su enajenación. Tal legislación fue pionera al otorgar características específicas al patrimonio nacional; dividiéndosele en arqueológico, artístico e histórico, y brindó el soporte jurídico a dos organismos fundamentales: el INAH y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Por su incansable labor e importantes contribuciones, en el año 2000 el INAH reconoce Julio César Olivé como investigador emérito.

Junto con la maestra Beatriz Barba Ahuatzin, Julio César Olivé fue de los primeros en iniciar los estudios de las clases sociales en la ciudad de México, ambos trabajaron por la organización colegiada de los antropólogos, fundaron el Museo Nacional de las Culturas, y la Escuela Nacional de Antropología e Historia les deberá eternamente su existencia misma. Vale la pena mencionar que tanto Beatriz Barba como Olivé, estuvieron al frente del movimiento profesional que llevó al reconocimiento de la antropología como profesión, por ello poseen los dos primeros registros como antropólogos en la Dirección General de Profesiones. Su solidaridad como litigante llevó a la construcción de instancias y de formas organizativas, a través de las cuales estudiantes, profesionales y trabajadores, continúan la defensa de sus derechos. Falleció el 21 de noviembre de 2008 a los 94 años, en su ciudad natal.