Una de las principales preocupaciones para la protección del patrimonio arqueológico, así como de su entendimiento y conservación por parte de la población en general, es la falta de difusión que de él hacen las instituciones promotoras de la cultura, tanto dependencias Estatales como Federales, y de igual manera de las encargadas en materia de educación pública, mismas que no han implementado estrategias que provean un conocimiento más amplio sobre la Arqueología y sus quehaceres. Ahora bien, es notable un distanciamiento entre la comunidad científica y el público en general: los primeros generan un hermetismo constante impidiendo una comunicación fluida y de carácter divulgativo hacia la sociedad, y en consecuencia las personas no dimensiona la relevancia del los diversos patrimonios culturales y el porqué de su debido manejo y protección. En el estado de BCS y en general en toda la península, el coleccionismo es una práctica muy común y grandes territorios han sido, literalmente, vaciados de sus artefactos arqueológicos diagnósticos, principalmente puntas de proyectil. De ahí la enorme necesidad de socializar esta información a través de una adecuada divulgación y sensibilización de la población. Este proyecto pretende crear esta conciencia civil mediante la invitación a los coleccionistas privados que registren o entreguen de manera voluntaria al Centro INAH sus colecciones y mediante la divulgación de todas las acciones relacionadas. El estado de Baja California Sur alberga un inconmensurable patrimonio cultural, el cual se torna único debido a la singular separación geográfica que tiene con el resto del país; contiene sierras, litorales y planicies desérticas que fueron habitados por antiguos pueblos a lo largo de un ciclo anual. Gracias a su clima semi-desértico y a la lejanía y aislamiento de algunos sectores del estado, se han conservado infinidad de contextos arqueológicos de suma importancia para la investigación. La gama de sitios que podemos encontrar va desde campamentos al aire libre, campamentos en cueva, cuevas funerarias, concheros, canteras-taller, talleres aislados, veredas indígenas y sitios con imaginería rupestre pintada o grabada, entre otras cosas. Paradójicamente, lo que actualmente se conoce es poco, debido a que también es el estado menos estudiado por investigadores mexicanos y el que cuenta con menos recursos para su conservación y difusión. Adicionalmente, no debemos olvidar que en la época de los establecimientos mineros a finales del siglo XIX y a lo largo de la primera mitad del siglo XX, la península fue saqueada por investigadores extranjeros y coleccionistas amateurs, quienes se llevaron del país acervos importantísimos de materiales indígenas, piezas claves de un rompecabezas arqueológico olvidado, el cual pretendemos rearmar con este proyecto. Esto sólo se podrá lograr a través del rescate de los materiales almacenados por miles, en las bodegas del Centro INAH BCS, identificando, reorganizando, catalogando, embalando debidamente y sacando a la luz este enorme bagaje de información, entonces, estaremos en condiciones de instituir la consulta de las importantes colecciones de materiales arqueológicos de este centro de trabajo, por aquellos que estén interesados en hacerlo.