Laboratorio de tecnología de cazadores recolectores [2019]
OBJETIVO GENERAL
El objetivo general del Laboratorio será especializarse, por una parte, en el estudio (macro y microscópico) de artefactos provenientes de contextos arqueológicos asociados a grupos cazadoresrecolectores de México y, por otra, en el desarrollo de programas experimentales con la finalidad de proponer nuevas técnicas de observación, diseñar nuevas metodologías de estudio y generar bases de datos para exámenes comparativos.
ANTECEDENTES
El Laboratorio de Tecnologías de Cazadores recolectores comenzó a funcionar desde hace más de 16 años. Su crecimiento gradual a lo largo de los años ha impulsado crear este proyecto para dar cobertura a las distintas tesis e investigaciones que genera año con año dicho espacio de investigación formativa. Con la visita de un grupo de expertos al sitio Folsom, en 1927, la idea generalmente aceptada consistía en que los grupos de cazadores que empleaban puntas acanaladas para cazar fauna extinta eran los primeros pobladores del continente (Fiedel 1996:69). A pesar de que esta idea fue colectivamente aceptada por la arqueología norteamericana, durante la décadas de los setenta y ochenta los sitios pre-clovis abundaron, lo cual provoco una amplia discusión que culminó con la polarización del debate hacia dos grupos que defendían o negaban una población anterior a las fechas aceptadas para los sitios Clovis más tempranos (entre otros, véase Bryan 1973, 1975; Haynes 1974; Lynch 1990a; MacNeish 1962; Morlan y Cinq-Mars 1982). A partir de entonces, todo sitio que superara los 11500 años de antigüedad antes del presente en años de radiocarbono, ha sido ampliamente sometido a prueba. Es importante señalar que algunos de los sitios más antiguos excavados en las últimas dos décadas del siglo pasado se localizaron en Sudamérica, donde se ha centrado actualmente el debate de los primeros grupos en poblar nuestro continente. Sitios como Monte Verde en Chile (Dillehay 1987, 1997) y Pedra Furada en Brasil (Guidon y Arnaud 1991; Guidon y Delebrias 1986), y Monte Alegre en la Amazonia de Brasil (Roosevelt et al. 1996) plantean nuevas rutas, grupos culturales y patrones de subsistencia distintos de las poblaciones Clovis propuestas como las primeras en ingresar al nuevo mundo. Aunque algunos sitios con fechas pre-clovis como Pedra Furada y Pikimachay no parecieron resistir el análisis estratigráfico y se cuestiona la naturaleza antropogénica de los materiales (Meltzer et al. 1994, Lynch 1990a), otros sitios como Monte Verde han permanecido a los cuestionamientos. Éste último caso se ha convertido en ejemplar después de que un grupo de expertos visitara el sitio en 1997, tras la publicación del segundo volumen sobre las excavaciones en el sitio (Dillehay 1997). Esta reunión, organizada por la National Geographic Society, dio como resultado un amplio consenso entre los expertos que visitaron el sitio, y con en el supuesto voto unánime a favor de un poblamiento anterior a Clovis (Gore 1997). Entre los elementos que se aceptaron del sitio, fue la existencia de un campamento donde se recuperaron restos de fogones, vivienda de madera cubiertas por pieles, restos de mastodonte y una amplia variedad de maderas y hojas de plantas medicinales y comestibles asociados a fechas entre 12300 y 12800 a.p. No obstante, tal vez la característica más destacada del sitio es la poca formalización de su industria lítica, con artefactos obtenidos de piedras de río con escaso retoque, algunos fragmentos de puntas de proyectil, piedras alisadas para molienda y varias raederas dobles. Ninguna de las puntas de flecha pudo asignarse a la tradición de puntas acanaladas (Dillehay, op. cit.). Más allá de las manifestaciones triunfalistas de algunos investigadores que anunciaron la caída de la creencia clovis-first (v.g. Adovasio y Pedler 1997), Monte Verde ha permitido un debate más profundo sobre los grupos humanos que poblaron nuestro continente a finales del pleistoceno y representa el sitio mejor aceptado para considerar poblaciones anteriores a la cultura Clovis. Diversos autores han retomado en la actualidad la posibilidad de que varias poblaciones ingresaran el continente americano a finales del Pleistoceno. Roosevelt (2000), por ejemplo, considera que los primeros pobladores no eran cazadores de Megafauna ligados a puntas acanaladas sino cazadores recolectores que empleaban puntas triangulares. Ann Roosevelt basa sus conclusiones en el análisis de los materiales de sitios de centro y Sudamérica, así como de los materiales obtenidos por ella misma en el sitio de Monte Alegre, Brasil. Por otro lado, autores como Alan Bryan opinan que las tecnologías de talla bifacial, incluidos los distintos tipos de punta de proyectil tempranas como Clovis, Cola de Pescado, y puntas El Jobo (consideradas por él del Paleolítico Superior) posiblemente sean derivadas de poblaciones muy tempranas que ingresaron a nuestro continente llevando consigo una tecnología relativamente simple de instrumentos de núcleos y lascas del Paleolítico Medio y de la cual derivarían las distintas tradiciones de Norte y Sudamérica (Bryan 1999:45-47; Bryan y Gruhn 1989:82-84). Estos grupos con tecnología de lascas y núcleos han formado parte de diversas propuestas de periodificación para México y otras áreas de América.
DESCRIPCIÓN
Los estudios relacionados a sociedades precerámicas o a grupos cazadores recolectores son relativamente escasos y, a pesar de que han existido grandes proyectos de investigación y caracterización de este tipo de sociedades, hemos de concluir que estos han sido más bien marginales. En general podemos afirmar que la Prehistoria en México, a diferencia de épocas posteriores de investigación, ha mostrado un desarrollo marginal en cuanto al número de investigaciones cuyo interés se ha centrado en ella. La proliferación de proyectos y sitios excavados mostrada entre la década de los sesenta y ochenta del siglo anterior fue disminuyendo paulatinamente hasta la actualidad, en que los proyectos de cazadores recolectores han trasladado su interés principalmente a la región norte del país. Así, esta propuesta pretende contribuir al estudio y conocimiento de este tipo de sociedades, para lo cual será necesario generar un interés creciente que permita renovar el estado actual de conocimiento sobre la Prehistoria en México, que ha permanecido casi sin modificaciones desde hace al menos medio siglo. Para ello será necesario llevar a cabo nuevos estudios y, sobre todo, nuevos enfoques sobre los periodos iniciales de la historia del Nuevo Mundo. Junto a ello, seguirá siendo necesario evaluar de manera crítica la información precedente y actual para elaborar un estado de la cuestión sobre el periodo precerámico.
NOTAS
- Descripción de actividades: 1. Catalogo de rastros de uso en artefactos líticos arqueológicos y experimentales. 2. Muestreo de yacimientos obsidiana y basalto para análisis de XRF en las área de Puebla e Hidalgo para la obtención de muestras geológicas y su posterior comparación con los materiales arqueológicos 3. Elaboración de protocolo para análisis de micro restos en artefactos líticos mediante de microscopia de Infrarrojo en colaboración con el Laboratorio Nacional de Ciencias para la Investigación y la Conservación del Patrimonio Cultural (LANCIC) del Instituto de química de la UNAM.
Folio SIP
2745
Fecha de inicio
2011-01-03
Fecha de término
2019-12-31
Categoría
Unidad Administrativa
Área normativa
TITULAR DEL PROYECTO
PARTICIPANTES
Colaborador (ctb): Alfredo Bueno Jiménez, Colaborador (ctb): Guillermo Acosta Ochoa, Colaborador (ctb): Ivan Briz Godino, Colaborador (ctb): Joaquín Arroyo Cabrales, Director de proyecto (pdr): Luis Felipe Bate Petersen, Colaborador (ctb): Luis Fernando Gómez Padilla, Colaborador (ctb): Marcos Alejandro Reyes Armella, Colaborador (ctb): Marisol Reyes Lezama, Colaborador (ctb): Myrian Álvarez, Colaborador (ctb): Paloma Domínguez Zannie, Colaborador (ctb): Patricia Pérez MartínezCOBERTURA
Ubicación geográfica