Durante décadas la centralización de las herramientas tecnológicas en la Ciudad de México ha privado en gran medida a los investigadores del INAH al interior del país para tener acceso expedito a resultados de sus exploraciones o del trabajo cotidiano. La descentralización del conocimiento es una opción que en la práctica ha permitido el trabajo sistemático e interinstitucional, con lo cual no sólo se beneficia el INAH, sino la sociedad en su conjunto, al recibir de manera inmediata o en un corto plazo los resultados de investigaciones de vanguardia; museos INAH y NO INAH, sitios arqueológicos abiertos al público, reciben la información actualizada para transmitirla al público visitante. Al interactuar el INAH con entidades de investigación y académicas locales se socializa la importante labor de investigación, conservación y difusión del patrimonio cultural de la Nación.