Proyecto de investigación

Inventario y catalogación de la colección Mario Coligo de la Peña [2018]

OBJETIVO GENERAL

El objetivo principal de este proyecto consiste en realizar el catálogo e inventario de la Colección Mario Collignon de la Peña, constituida por más de 4,500 piezas arqueológicas del Occidente de México, con la finalidad de conocer el acervo cultural existente, así como la preservación y protección del mismo. Como objetivos específicos para el ejercicio 2018, se propone: realizar un diagnóstico detallado de la situación que guarda la Colección Mario Collignon de la Peña; iniciar con la digitalización de las cédulas originales de registro de la colección; empezar el proceso de captura de información en el Sistema Único de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos del INAH (SURP); llevar a cabo la catalogación de las piezas arqueológicas registradas para contar con la información detallada que permita efectuar futuros estudios por parte de especialistas en la arqueología de la región; efectuar el marcado de las piezas registradas e inventariadas, de acuerdo a los parámetros adecuados para la conservación de las mismas; e, intervenir 15 piezas arqueológicas seleccionadas en el Seminario Taller de Conservación Cerámica de la ECRO.

ANTECEDENTES

El coleccionismo de piezas arqueológicas en la región de Occidente tiene una larga tradición que, por lo menos, se remonta a fines del siglo XIX, cuando el agro mexicano se encontraba en pleno apogeo. Debido a la expansión de las haciendas fue frecuente que, al abrir nuevas tierras al cultivo, se descubrieran diversos contextos arqueológicos. Un ejemplo de este fenómeno lo constituye el Museo Etnográfico de Berlín, cuyo acervo arqueológico del Occidente se nutrió con una buena cantidad de piezas proporcionadas por el cónsul alemán Arnoldo Vogel, propietario de la hacienda de San Antonio, en los límites entre Colima y Jalisco. De igual forma, la exploradora y pintora británica Adela Bretón, ilustró la apertura de un túmulo funerario en la hacienda de Guadalupe, en Etzatlán, Jalisco, así como Carl Lumholtz observó un proceso similar en el caso de la hacienda de la Estanzuela, en Teuchitlán, cuyas colecciones donó al Museo Americano de Historia Natural de Nueva York. Con el despliegue ferroviario del período porfiriano, las obras de infraestructura continuaron mostrando la riqueza del pasado prehispánico y fomentando un coleccionismo incipiente en la región, mismo que se vio reforzado durante la primera mitad del siglo XX, cuando Diego Rivera, Frida Kahlo y otros intelectuales postrevolucionarios se interesaron por las manifestaciones artísticas, especialmente de aquellas que se encontraban depositadas como ofrendas funerarias en las tumbas de tiro, ya que particularmente las representaciones antropomorfas mostraban gestos y posturas naturalistas que fueron interpretadas como claros ejemplos de grupos igualitarios, en contraste con las sociedades jerarquizadas del centro de México. La exhibición que sobre esta región promovió Rivera, incentivó el coleccionismo entre las élites locales. Si bien estas figuras cerámicas fueron grandemente apreciadas e incluidas en el proceso de construcción de una identidad nacional, también es cierto que esta misma valoración ocasionó un fuerte saqueo de la región del Occidente mexicano, lo que conllevó una irreparable pérdida de información sobre los sitios arqueológicos y los procesos sociales del pasado. Sin embargo, a pesar de ser objetos provenientes de saqueo que se encuentran descontextualizados, todavía es posible obtener información de ellos, desde que fueron producidos por grupos sociales particulares con técnicas de factura bien establecidas, siguiendo cánones estilísticos específicos, que plasmaron las ideas rectoras de un período; de ahí la importancia de su conservación y estudio, así como de contar con un control de este recurso invaluable para el conocimiento del pasado y patrimonio cultural de la Nación. Cabe apuntar que, originalmente, este proyecto fue planteado como un programa para atender materiales producto de diversos rescates arqueológicos realizados en el estado de Jalisco, así como para analizar los materiales obtenidos por investigadores del Occidente de México, como Betty Bell, Charles Kelly o Stuart Scott, quienes los depositaron hace décadas en el Centro Regional de Occidente. Sin embargo, desde 2010 se centró exclusivamente en la intervención de la Colección Mario Collignon de la Peña, contando con varias temporadas dedicadas a la restauración de piezas cerámicas con apoyo de la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente, así como la revisión del registro de dicha colección, su inventario y su catalogación.

DESCRIPCIÓN

Este proyecto se centra en la catalogación, inventario y revisión del registro de las piezas que integran la Colección Mario Collignon de la Peña, ya que dicha colección es de suma importancia, no sólo por la cantidad de objetos que la constituyen, sino por su calidad y por ser uno de los repertorios más representativos de las culturas prehispánicas del Occidente de México. Esta colección se conformó entre las décadas de los cincuentas y sesentas del siglo pasado, contando con piezas dignas de ser exhibidas en los museos del Instituto, es por ello que una gran parte de los esfuerzos de este proyecto se destinan a la intervención de restauración de las piezas que lo constituyen, cumpliendo con el doble objetivo de preservar el patrimonio arqueológico, como de servir didácticamente a la formación de profesionales en el área de la conservación. De manera paralela a la intervención de las piezas, se realizan estudios arqueométricos con el empleo de nuevas tecnologías que permiten la obtención de datos arqueológicos para reconstruir el pasado prehispánico de esta región, como son las técnicas de factura, la estandarización de la producción artesanal, el uso que tuvieron los objetos en sus contextos de producción, empleo y deposición de los mismos. Por otra parte, con este proyecto se dará cumplimiento a las necesidades de contar con un control de los acervos propios de esta Institución, evitando con ello su pérdida y deterioro. De igual forma, se cumplirá con lo mandatado en los artículos 2o, 22, 23 y 24 de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, y el artículo 17 de su Reglamento.

IMPACTO

El estudio y catalogación de las piezas que constituyen la Colección Mario Collignon de la Peña, permitirá mostrar al público interesado los avances realizados en la arqueología del Occidente de México. De igual forma, permitirá un adecuado manejo y control de dicha colección para integrarla a los acervos consultables del INAH.

NOTAS

  1. Descripción de actividades: Las principales actividades propuestas para el ejercicio 2018 consistirán en: redacción del proyecto y del informe técnico correspondiente; impartición de curso de Historia del Patrimonio Cultural II y colaboración en el Seminario Taller de Restauración Cerámica en la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente; catalogación e inventario de piezas cerámicas, así como la revisión del registro de las mismas; intervención de piezas cerámicas arqueológicas.