Esta tesis analiza el uso de materiales pétreos (piedra) en la construcción, remodelación y reparación de edificaciones en la Ciudad de México durante el periodo comprendido entre 1789 y 1813. Este estudio se enmarca en un contexto de importantes transformaciones urbanas y arquitectónicas en la capital del virreinato de la Nueva España, vinculadas tanto a factores políticos como económicos.

Aspectos centrales de la investigación:

1. Materiales pétreos en la arquitectura:
- Se centra en los diversos tipos de piedra utilizados en la construcción durante este período, como el tezontle, la cantera y otras piedras locales, detallando sus propiedades y las razones de su elección en las edificaciones de la época.
- El estudio también explora la procedencia de estos materiales, las técnicas de extracción y transporte, y cómo influyeron en la estética y durabilidad de las construcciones.

2. El proceso constructivo en la Ciudad de México:
- Se aborda el desarrollo del sector de la construcción, incluyendo el papel de los maestros de obra, los artesanos y los peones, así como la organización laboral y la administración de los recursos.
- La investigación analiza la relación entre las obras públicas y privadas, destacando las principales construcciones civiles y religiosas que definieron el paisaje urbano de la ciudad en ese tiempo.

3. Reformas urbanas y necesidades de reparación:
- En este período, la ciudad experimentó diversas obras de remodelación y ampliación, motivadas por el crecimiento de la población y la modernización urbana impulsada por las autoridades virreinales.
- El estudio investiga los factores que desencadenaron estas reparaciones, como los desastres naturales (terremotos, inundaciones) o el desgaste natural de los edificios.

4. Marco histórico y económico:
- El análisis se sitúa en el contexto de los últimos años del Virreinato de la Nueva España, cuando la Ciudad de México se consolidaba como un importante centro económico y cultural.
- La tesis explora cómo las políticas de la corona española, los conflictos bélicos y las tensiones internas influyeron en el ámbito constructivo, afectando la disponibilidad de materiales y el ritmo de las obras.

La tesis concluye que el uso de materiales pétreos fue clave para la construcción y preservación del paisaje arquitectónico de la Ciudad de México entre 1789 y 1813. Estos materiales, seleccionados por su resistencia y disponibilidad, no solo contribuyeron a la durabilidad de las edificaciones, sino que también reflejan las condiciones sociales, económicas y políticas de la época. Las remodelaciones y reparaciones de edificios durante este periodo fueron fundamentales para adaptar la ciudad a las nuevas necesidades urbanas, mientras que las técnicas constructivas de la época sentaron las bases para la modernización de la ciudad en los años posteriores.