Mención honorífica
2018
Director de trabajo: Ximena María Chávez Balderas
El cautiverio de animales en Tenochtitlan: un estudio a través de los restos óseos recuperados en las ofrendas del Templo Mayor
Esta tesis analiza el cautiverio de animales en la antigua ciudad de Tenochtitlan a partir del estudio de los restos óseos encontrados en las ofrendas depositadas en el Templo Mayor. El objetivo es explorar las prácticas culturales, simbólicas y religiosas que motivaron la captura y el uso de animales en los rituales y ofrendas mexicas.
El Templo Mayor, uno de los centros ceremoniales más importantes de Tenochtitlan, fue un sitio clave donde se realizaron sacrificios y ofrendas a los dioses, incluyendo animales de diversas especies. Los restos óseos recuperados en este contexto arqueológico proporcionan evidencia crucial sobre qué animales eran seleccionados, cómo eran capturados, transportados, y mantenidos en cautiverio, y cuál era su papel en los rituales religiosos.
La investigación se basa en un análisis bioarqueológico y zooarqueológico de los restos óseos, evaluando las marcas de manipulación humana, patrones de fracturas y patologías que podrían indicar condiciones de vida en cautiverio. Asimismo, se integra el estudio de fuentes etnohistóricas, como códices y crónicas, que documentan la relación entre los mexicas y los animales, particularmente en el contexto religioso.
El estudio revela que los animales cautivos no solo eran sacrificados como ofrendas, sino que también eran mantenidos en vida durante cierto tiempo, posiblemente en condiciones controladas, lo que sugiere una compleja interacción entre los mexicas y el mundo animal, vinculada profundamente con su cosmovisión. Las especies identificadas incluyen grandes felinos (como jaguares), aves rapaces, reptiles, y otros animales, todos con una significación simbólica particular en la religión mexica.
Finalmente, la tesis concluye que el cautiverio de animales en Tenochtitlan, lejos de ser una práctica meramente utilitaria, estaba cargada de simbolismo y estaba intrínsecamente ligada a la representación del poder, la sacralidad del espacio y el rol de los gobernantes como intermediarios entre los dioses y los hombres.
El Templo Mayor, uno de los centros ceremoniales más importantes de Tenochtitlan, fue un sitio clave donde se realizaron sacrificios y ofrendas a los dioses, incluyendo animales de diversas especies. Los restos óseos recuperados en este contexto arqueológico proporcionan evidencia crucial sobre qué animales eran seleccionados, cómo eran capturados, transportados, y mantenidos en cautiverio, y cuál era su papel en los rituales religiosos.
La investigación se basa en un análisis bioarqueológico y zooarqueológico de los restos óseos, evaluando las marcas de manipulación humana, patrones de fracturas y patologías que podrían indicar condiciones de vida en cautiverio. Asimismo, se integra el estudio de fuentes etnohistóricas, como códices y crónicas, que documentan la relación entre los mexicas y los animales, particularmente en el contexto religioso.
El estudio revela que los animales cautivos no solo eran sacrificados como ofrendas, sino que también eran mantenidos en vida durante cierto tiempo, posiblemente en condiciones controladas, lo que sugiere una compleja interacción entre los mexicas y el mundo animal, vinculada profundamente con su cosmovisión. Las especies identificadas incluyen grandes felinos (como jaguares), aves rapaces, reptiles, y otros animales, todos con una significación simbólica particular en la religión mexica.
Finalmente, la tesis concluye que el cautiverio de animales en Tenochtitlan, lejos de ser una práctica meramente utilitaria, estaba cargada de simbolismo y estaba intrínsecamente ligada a la representación del poder, la sacralidad del espacio y el rol de los gobernantes como intermediarios entre los dioses y los hombres.