Mención honorífica compartida
2024
Director de trabajo: Jaime Genaro Cuadriello Aguilar
Inmaculada, simulacro, portento y Consuelo de Afligidos. Nuestra Señora de Juquila y su Santuario, Oaxaca, S. XVIII
La presente tesis investiga, narra e interpreta el proceso de configuración del santuario de Juquila y de su milagrosa imagen. Un culto nacido en un pueblo lejano de la capital episcopal oaxaqueña, con una impronta inmaculista que lo ligó a la universalidad católica defendida por la corona española.
Parto de una introducción que sitúa al lector en un tiempo, espacio y contextos propios: La monarquía, el obispado de Oaxaca, la Inmaculada y la escultura como argumento del propio culto. El segundo capítulo, presenta la figura de José Gregorio Alonso de Ortigosa, el gran artífice del santuario de Juquila. Como prelado, lo sitúo en el momento de las reformas del siglo XVIII y subrayo sus intereses alrededor del culto a las imágenes sagradas y su intento previo por formalizar otro santuario. Cierro el apartado, con lo que considero el clímax de la investigación: el encuentro del obispo con la efigie, la rústica iglesia, el pueblo de Santa Catarina Juquila y la cofradía encargada de velar su veneración.
Esta agrupación, se convirtió en la protagonista del tercer capítulo, consideré que era necesario demostrar que sus intereses por la Virgen, además de ser espirituales, fueron en más de una ocasión, crediticios. La naturaleza de la agrupación, me llevó a proponer una categorización de su sociedad como: “cofradía de santuario”, la cual posibilitó el enriquecimiento de la imagen y la construcción de su nuevo templo.
Finalmente, en el último capítulo aglutino a los agentes del culto a través de su mayor artilugio promocional, la obra impresa de José Ruiz y Cervantes: Memorias de la portentosa imagen de Nuestra Señora de Xuquila, 1791. Profundizo los discursos alegóricos que el sacerdote reconoció como parte de las cualidades milagrosas de la imagen sagrada. El cronista buscó una serie de figuras que demostraban que la efigie se comprobaba claramente, el hoy dogma de la Inmaculada Concepción.
La tesis finaliza con una coda que intenta demostrar que pocos años después de haber sido erigidio el santuario, su imagen ya era tan popular que sirvió de socia belli en la independencia de Oaxaca, como lo demuestra la erección de un pueblo por parte del general Antonio de León, bajo el patrocinio de la Virgen.
Parto de una introducción que sitúa al lector en un tiempo, espacio y contextos propios: La monarquía, el obispado de Oaxaca, la Inmaculada y la escultura como argumento del propio culto. El segundo capítulo, presenta la figura de José Gregorio Alonso de Ortigosa, el gran artífice del santuario de Juquila. Como prelado, lo sitúo en el momento de las reformas del siglo XVIII y subrayo sus intereses alrededor del culto a las imágenes sagradas y su intento previo por formalizar otro santuario. Cierro el apartado, con lo que considero el clímax de la investigación: el encuentro del obispo con la efigie, la rústica iglesia, el pueblo de Santa Catarina Juquila y la cofradía encargada de velar su veneración.
Esta agrupación, se convirtió en la protagonista del tercer capítulo, consideré que era necesario demostrar que sus intereses por la Virgen, además de ser espirituales, fueron en más de una ocasión, crediticios. La naturaleza de la agrupación, me llevó a proponer una categorización de su sociedad como: “cofradía de santuario”, la cual posibilitó el enriquecimiento de la imagen y la construcción de su nuevo templo.
Finalmente, en el último capítulo aglutino a los agentes del culto a través de su mayor artilugio promocional, la obra impresa de José Ruiz y Cervantes: Memorias de la portentosa imagen de Nuestra Señora de Xuquila, 1791. Profundizo los discursos alegóricos que el sacerdote reconoció como parte de las cualidades milagrosas de la imagen sagrada. El cronista buscó una serie de figuras que demostraban que la efigie se comprobaba claramente, el hoy dogma de la Inmaculada Concepción.
La tesis finaliza con una coda que intenta demostrar que pocos años después de haber sido erigidio el santuario, su imagen ya era tan popular que sirvió de socia belli en la independencia de Oaxaca, como lo demuestra la erección de un pueblo por parte del general Antonio de León, bajo el patrocinio de la Virgen.