Premio compartido
2024
Director de trabajo: Rodolfo Aguirre Salvador
Hombres de Iglesia y hombres del mundo: población y disciplina eclesiástica del clero secular del arzobispado de México, 1764-1810
La tesis postulada es un estudio sobre la reforma que se intentó aplicar al clero secular del arzobispado de México en la segunda mitad del siglo XVIII. Desde las últimas décadas de la centuria anterior, pero de manera más puntual en la borbónica, emergieron una serie de críticas a la clerecía que referían a sus grandes números y a sus problemas de indisciplina. En los territorios americanos, las opiniones provinieron tanto de virreyes como de prelados, y en España hicieron eco con los principales ideólogos de la Corte en Madrid, quienes consideraban que la Iglesia y sus miembros constituían un lastre para el progreso económico español.
Estas críticas no eran nuevas, pues en siglos anteriores existieron diferentes intentos de reformar ambos cleros, que difícilmente llegaron a consolidarse. Aunque estos pareceres fueron retomados por los monarcas borbones, la empresa dieciochesca de corregir los “males del clero” derivó del interés monárquico por controlar una institución política y económica como lo era la Iglesia, que a principios de los 1700 había amenazado la llegada de la dinastía Borbón al poder español.
La tesis está organizada en tres capítulos. El primero de ellos retoma los antecedentes de reforma antes mencionados y las críticas al clero secular; asimismo dialoga con qué es lo que las autoridades borbónicas (eclesiásticas y regias) entendían por un “clero numeroso e indisciplinado”. El segundo capítulo analiza los índices de ordenación de la clerecía diocesana del arzobispado de México a partir de los libros de matrículas de órdenes, fechados entre 1764 y 1810, mediante los cuales se estudiaron las tendencias de formación de nuevos clérigos y se demuestró que, en efecto, las cifras crecieron. El último capítulo se encarga de explicar cuáles fueron los diferentes destinos en los que se empleaba el clero secular; para su estudio, hice uso de una miscelánea de fuentes de archivo, predominantemente los expedientes de órdenes sacras y las relaciones de méritos de los aspirantes a ingresar al estado eclesiástico. En este capítulo se explica que los sacerdotes diocesanos tenían otras opciones además de la labor parroquial, las cuales motivaron (entre otros factores más) el aumento de los eclesiásticos. Asimismo, la investigación demuestra que, como muchas otras reformas, la del clero secular no pudo consolidarse debido a las realidades imperantes que la condicionaron.
Estas críticas no eran nuevas, pues en siglos anteriores existieron diferentes intentos de reformar ambos cleros, que difícilmente llegaron a consolidarse. Aunque estos pareceres fueron retomados por los monarcas borbones, la empresa dieciochesca de corregir los “males del clero” derivó del interés monárquico por controlar una institución política y económica como lo era la Iglesia, que a principios de los 1700 había amenazado la llegada de la dinastía Borbón al poder español.
La tesis está organizada en tres capítulos. El primero de ellos retoma los antecedentes de reforma antes mencionados y las críticas al clero secular; asimismo dialoga con qué es lo que las autoridades borbónicas (eclesiásticas y regias) entendían por un “clero numeroso e indisciplinado”. El segundo capítulo analiza los índices de ordenación de la clerecía diocesana del arzobispado de México a partir de los libros de matrículas de órdenes, fechados entre 1764 y 1810, mediante los cuales se estudiaron las tendencias de formación de nuevos clérigos y se demuestró que, en efecto, las cifras crecieron. El último capítulo se encarga de explicar cuáles fueron los diferentes destinos en los que se empleaba el clero secular; para su estudio, hice uso de una miscelánea de fuentes de archivo, predominantemente los expedientes de órdenes sacras y las relaciones de méritos de los aspirantes a ingresar al estado eclesiástico. En este capítulo se explica que los sacerdotes diocesanos tenían otras opciones además de la labor parroquial, las cuales motivaron (entre otros factores más) el aumento de los eclesiásticos. Asimismo, la investigación demuestra que, como muchas otras reformas, la del clero secular no pudo consolidarse debido a las realidades imperantes que la condicionaron.