Mención honorífica
2024
Director de trabajo: Nahayelli Beatriz Juárez Huet
Dibujar con luz siluetas femeninas. Economía visual y fotografía de mujeres indígenas de Guatemala durante los gobiernos liberales, 1870-1920
Lo más cercano que existe a viajar en el tiempo es estudiar el pasado. Indagar en los vestigios que sobrevivieron años, décadas y siglos para reconstruir mundos desaparecidos implica despojarse, por lo menos temporalmente, de nuestra cultura, cosmovisión y hasta identidad. De todas las antigüedades que lograron llegar hasta nuestros días, las que más me maravillan son las fotografías. Estas son el resultado de la luz que emite lo fotografiado convirtiéndose literalmente en huellas de lo que existió frente a la lente en un tiempo y lugar exacto. Desde su génesis, el eco de las imágenes fotográficas se expande en tanto exista un observador, rebasando la barrera espacio-temporal.
Como suele decir el fotohistoriador John Mraz, vivimos en un mundo hípervisual en el que constantemente estamos bombardeados de imágenes. Esta sobrexposición influye en nuestra forma de ver el mundo, pero al mismo tiempo reinterpretamos continuamente estas proyecciones, según el lugar desde donde las miremos.
A lo largo de mi formación como historiadora, me he ocupado de comprender el papel de la cultura visual en problemáticas como la discriminación y las formas de justificar las jerarquías sociales. En mi tesis de maestría me interesaba conocer cómo se fotografiaban los habitantes de Mitla (Oaxaca) y qué tan diferente era esta producción de aquellas fotografías hechas desde la mirada de la otredad. Muy temprano a la llegada de la fotografía a México, existen fotografías de Mitla, y desde entonces, es un espacio que no ha dejado de ser fotografiado. Desde el siglo XIX, etnógrafos, arqueólogos, diplomáticos, fotógrafos extranjeros y turistas llegaron a esta villa para estudiar y registrar los vestigios arqueológicos, y su interacción con los habitantes. Durante mi búsqueda de imágenes históricas de Mitla, hubo una imagen en particular que llamó mi atención. Se trata de una joven que posa de perfil en los muros de Mitla que sirven de fondo. Del lado que da hacia la cámara, la joven deja descubierto su hombro y parte de su pecho, como si a propósito hubiera removido su blusa y el rebozo de ese lado.
Como suele decir el fotohistoriador John Mraz, vivimos en un mundo hípervisual en el que constantemente estamos bombardeados de imágenes. Esta sobrexposición influye en nuestra forma de ver el mundo, pero al mismo tiempo reinterpretamos continuamente estas proyecciones, según el lugar desde donde las miremos.
A lo largo de mi formación como historiadora, me he ocupado de comprender el papel de la cultura visual en problemáticas como la discriminación y las formas de justificar las jerarquías sociales. En mi tesis de maestría me interesaba conocer cómo se fotografiaban los habitantes de Mitla (Oaxaca) y qué tan diferente era esta producción de aquellas fotografías hechas desde la mirada de la otredad. Muy temprano a la llegada de la fotografía a México, existen fotografías de Mitla, y desde entonces, es un espacio que no ha dejado de ser fotografiado. Desde el siglo XIX, etnógrafos, arqueólogos, diplomáticos, fotógrafos extranjeros y turistas llegaron a esta villa para estudiar y registrar los vestigios arqueológicos, y su interacción con los habitantes. Durante mi búsqueda de imágenes históricas de Mitla, hubo una imagen en particular que llamó mi atención. Se trata de una joven que posa de perfil en los muros de Mitla que sirven de fondo. Del lado que da hacia la cámara, la joven deja descubierto su hombro y parte de su pecho, como si a propósito hubiera removido su blusa y el rebozo de ese lado.