Mención honorífica
2024
Premiados
Secretaría de Cultura, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Museo del Templo MayorLa lapidaria del Templo Mayor. Estilos y tradiciones tecnológicas
En las ofrendas del Templo Mayor de Tenochtitlan se han recuperado miles de objetos lapidarios con morfología e iconografía semejante a la de los principales estilos mesoamericanos. Sin embargo, en la mayoría de estas comparaciones no se tomaba en cuenta las técnicas de elaboración. Por ello, en este libro se presentan los resultados obtenidos durante casi dos décadas del proyecto La lapidaria del Templo Mayor: estilos y tradiciones tecnológicas. Los análisis traceológicos fueron realizados a casi diez mil piezas hechas en obsidiana, travertino, turquesa y piedra verde; algunas de ellas clasificadas en los estilos olmeca, mezcala, teotihuacano, maya, mixteco y azteca/mexica. Los patrones de manufactura se compararon con colecciones de los supuestos lugares de origen, se logró confirmar o descartar su filiación cultural local o foránea, así como detectar un conjunto numeroso de objetos de estilo imperial tenochca.
Esta investigación se enfocó en la caracterización de las huellas de trabajo producidas experimentalmente en cada etapa de manufactura de objetos lapidarios en distintos soportes materiales, como obsidiana, travertino, turquesa, mármol, serpentinita y jadeitita, buscando identificar patrones o recurrencias tecnológicas en la elección de los instrumentos de trabajo empleados con ayuda de la microscopía electrónica de barrido (meb).
La homogeneidad y la heterogeneidad nos pueden hablar de algunos aspectos de los cuales carecemos de sus contextos primarios en el Templo Mayor, como la especialización en talleres concentrados o bajo control de la élite tenochca que les imprima un estilo particular o su contraparte en las áreas de producción dispersas espacialmente que nos remitan a una tradición de la cuenca de México y/o amplitud de manufacturas.
Además, este tipo de análisis también permite adentrarnos en piezas hechas de materiales supuestamente extramesoamericanos como la turquesa y repercutir en los modelos planteados sobre las formas de obtención y grado de modificación de los mismos, pues las huellas de manufactura pueden indicarnos si los mosaicos ya llegaban elaborados desde el suroeste de los Estados Unidos, el noroeste de México o Zacatecas, ya que se han estudiado talleres y zonas de extracción de aquellas localidades que presentan instrumentos de trabajo diferentes a los de la cuenca. Por el contrario, si eran manufacturadas localmente, lo cual indica que obtuvieron las turquesas en bruto y fueron modificadas en Mesoamérica.
Como podemos apreciar, se trata de ir más allá de los objetos, tratando de entender las dinámicas internas y externas en la organización de la producción de lapidaria que incide en las esferas: económica, política, religiosa, ideológica y comercial de los tenochcas y qué tanto comparten estilísticamente con el resto de la sociedad mexica, lo cual veremos a lo largo de este trabajo. Para ello partimos de la propuesta de que la caracterización de las huellas de manufactura en los objetos nos permite conocer la tecnología empleada e identificar estilos o tradiciones lapidarias llevadas a cabo por diversos grupos prehispánicos.
Con base en lo anterior, a nivel productivo, si hay una concentración de las áreas de producción de objetos lapidarios o de algunas de éstas bajo control de la élite, podemos esperar una estandariza- ción y homogeneidad en las huellas de manufactura. En contraste, si hay una dispersión de las áreas de producción de los objetos lapidarios o algunos de éstos fueron manufacturados en otras regiones, podemos esperar una heterogeneidad y diversidad en las huellas de manufactura.
Con respecto a la materia prima y su relación con estilos o tradiciones tecnológicas locales, si las huellas de manufactura son uniformes y se presentan en una o varias materias primas bajo control mexica, como la obsidiana de la Sierra de las Navajas, probablemente se trata de un estilo tecnológico mexica. En cambio, si son similares a las que presentan objetos de sitios contemporáneos y culturas anteriores, asentados en la cuenca de México, probablemente se trata de tradiciones tecnológicas locales más amplias. Finalmente, si difieren en materias primas foráneas con aquellas procedentes de las regiones de donde se presume proviene su estilo, se trata de variantes locales de la cuenca o mexicas y tal vez tenochcas.
En cuanto a las materias primas y su relación con estilos o tradiciones tecnológicas foráneas, si las huellas de manufactura que presentan una o varias materias primas exóticas son similares a las elaboradas en las regiones de donde proceden, probablemente se trata de estilos tecnológicos de aquellos lugares. En contraste, si son similares a las que presentan las piezas de culturas anteriores como la teotihuacana y olmeca, posiblemente fueron elaboradas por esas culturas.
Con este panorama en mente, desde 2004 hemos desarrollado el proyecto “La lapidaria del Templo Mayor: estilos y tradiciones tecnológicas”, dentro del cual este escrito lo hemos titulado de la misma manera porque sintetiza los resultados obtenidos durante 18 años de investigación y se deriva de dicho estudio.
Esta investigación se enfocó en la caracterización de las huellas de trabajo producidas experimentalmente en cada etapa de manufactura de objetos lapidarios en distintos soportes materiales, como obsidiana, travertino, turquesa, mármol, serpentinita y jadeitita, buscando identificar patrones o recurrencias tecnológicas en la elección de los instrumentos de trabajo empleados con ayuda de la microscopía electrónica de barrido (meb).
La homogeneidad y la heterogeneidad nos pueden hablar de algunos aspectos de los cuales carecemos de sus contextos primarios en el Templo Mayor, como la especialización en talleres concentrados o bajo control de la élite tenochca que les imprima un estilo particular o su contraparte en las áreas de producción dispersas espacialmente que nos remitan a una tradición de la cuenca de México y/o amplitud de manufacturas.
Además, este tipo de análisis también permite adentrarnos en piezas hechas de materiales supuestamente extramesoamericanos como la turquesa y repercutir en los modelos planteados sobre las formas de obtención y grado de modificación de los mismos, pues las huellas de manufactura pueden indicarnos si los mosaicos ya llegaban elaborados desde el suroeste de los Estados Unidos, el noroeste de México o Zacatecas, ya que se han estudiado talleres y zonas de extracción de aquellas localidades que presentan instrumentos de trabajo diferentes a los de la cuenca. Por el contrario, si eran manufacturadas localmente, lo cual indica que obtuvieron las turquesas en bruto y fueron modificadas en Mesoamérica.
Como podemos apreciar, se trata de ir más allá de los objetos, tratando de entender las dinámicas internas y externas en la organización de la producción de lapidaria que incide en las esferas: económica, política, religiosa, ideológica y comercial de los tenochcas y qué tanto comparten estilísticamente con el resto de la sociedad mexica, lo cual veremos a lo largo de este trabajo. Para ello partimos de la propuesta de que la caracterización de las huellas de manufactura en los objetos nos permite conocer la tecnología empleada e identificar estilos o tradiciones lapidarias llevadas a cabo por diversos grupos prehispánicos.
Con base en lo anterior, a nivel productivo, si hay una concentración de las áreas de producción de objetos lapidarios o de algunas de éstas bajo control de la élite, podemos esperar una estandariza- ción y homogeneidad en las huellas de manufactura. En contraste, si hay una dispersión de las áreas de producción de los objetos lapidarios o algunos de éstos fueron manufacturados en otras regiones, podemos esperar una heterogeneidad y diversidad en las huellas de manufactura.
Con respecto a la materia prima y su relación con estilos o tradiciones tecnológicas locales, si las huellas de manufactura son uniformes y se presentan en una o varias materias primas bajo control mexica, como la obsidiana de la Sierra de las Navajas, probablemente se trata de un estilo tecnológico mexica. En cambio, si son similares a las que presentan objetos de sitios contemporáneos y culturas anteriores, asentados en la cuenca de México, probablemente se trata de tradiciones tecnológicas locales más amplias. Finalmente, si difieren en materias primas foráneas con aquellas procedentes de las regiones de donde se presume proviene su estilo, se trata de variantes locales de la cuenca o mexicas y tal vez tenochcas.
En cuanto a las materias primas y su relación con estilos o tradiciones tecnológicas foráneas, si las huellas de manufactura que presentan una o varias materias primas exóticas son similares a las elaboradas en las regiones de donde proceden, probablemente se trata de estilos tecnológicos de aquellos lugares. En contraste, si son similares a las que presentan las piezas de culturas anteriores como la teotihuacana y olmeca, posiblemente fueron elaboradas por esas culturas.
Con este panorama en mente, desde 2004 hemos desarrollado el proyecto “La lapidaria del Templo Mayor: estilos y tradiciones tecnológicas”, dentro del cual este escrito lo hemos titulado de la misma manera porque sintetiza los resultados obtenidos durante 18 años de investigación y se deriva de dicho estudio.