En 1961 se formó el Laboratorio de Química y Suelos de la SLAA, desde entonces se han realizado análisis físicos, químicos y mineralógicos de los suelos y sedimentos que se envían de los Proyectos Arqueológicos y Paleontológicos del INAH y de algunas otras instituciones gubernamentales que lo solicitan mediante oficio. Este trabajo multidisciplinario se ha registrado por medio de la tarjeta de proyectos y en el SIP con el folio 890, La línea de investigación es la Reconstrucción del medio ambiente de sociedades arqueológicas a través de elementos que se hayan depositado en el suelo y los sedimentos tales como arqueobotánicos, arqueozoológicos, tefras, microfósiles y capas indicadoras de eventos paleoclimáticos, paleoecológicos y de actividad humana. Los logros han sido publicaciones como "Tlapacoya: 35000 años de historia del Lago de Chalco"; "El escenario Geográfico" Los suelos de la República Mexicana, y "Rancho "La Amapola", Cedral"; hasta participaciones en congresos nacionales e internacionales y artículos, actualmente uno de ellos, en prensa (Revista de Arqueología). Se han elaborado 300 informes científicos sobre análisis de los suelos y sedimentos de los diferentes investigadores del INAH. Se realiza un catálogo de imágenes de microfósiles y minerales. Se ha tomado la Cuenca de México como ejemplo de reconstrucción del paleoambiente dada la diversidad geológica geomorfológica, sedimentológica y de suelos además de climas que se presentan, por ello se planean salidas al campo que permiten definir la estrecha relación entre esta línea de investigación y la arqueología. En la medida que se ha desarrollado esta área de investigación se han ido modificando las tendencias hacia la descripción y estudio de nuevas temáticas así en la actualidad nos quedan pendientes tales como A) estudio detallado de la zona lacustre en sus diferentes facies (Tepexpan y Mexibús IV). B) los suelos y paleosuelos de la Cuenca de México (Copilco), C) Los microfósiles presentes en sedimentos y suelos lacustres.