Se presenta este proyecto como mecanismo para atender la problemática que encontramos en la conservación del patrimonio situado en las diversas comunidades y sociedades. Hablamos de bienes intervenidos por personal no profesional, de toma de decisiones sin previa orientación, de falta de comunicación con autoridades civiles y religiosas lo que pone en riesgo al patrimonio histórico; el olvido e indiferencia como mecanismos de deterioro. Indudablemente la participación social es una estrategia oportuna y muy relevante para la salvaguarda del patrimonio cultural. Los especialistas que se requieren para una adecuada atención al patrimonio localizado en comunidades, debe ser un equipo especializado en el trabajo comunitario, que cuenta con la habilidad de escuchar las inquietudes de quienes rodean, usan y viven el patrimonio; que sepan identificar intereses y la creatividad para diseñar estrategias innovadoras en la comunicación social para la conservación; quienes identifiquen características culturales afín de considerarlas para la implementación de metodologías participativas; que desarrollen proyectos integrales, además de manejar información de la normativa y procedimientos institucionales como medida para prevenir posibles conflictos. La incorporación de la comunidad en proyectos tiene como finalidad involucrar y capacitar a personas locales, para que en lo subsecuente puedan hacerse cargo de la conservación preventiva. Creemos en la corresponsabilidad de las comunidades, pero con mayor conocimiento de causa; reflexionar sobre el hecho de que conservar el patrimonio cultural implica la preocupación por fortalecer los vínculos alrededor de él y de su continuidad. Línea de acción 2.2.6 Fomentar la corresponsabilidad de la conservación de bienes patrimoniales con la sociedad, a través de la capacitación de procesos de conservación preventiva.