Esta tesis se deriva de un proyecto de investigación interinstitucional que siguió las etapas de concepción, desarrollo e itinerancia de una exposición sobre la cultura mexica en un museo de Nueva Zelanda y dos de Australia. En este documento, los datos recabados para la investigación han sido objeto de un análisis cualitativo de teorización anclada, organizando las memorias compartidas por los visitantes dentro de una tipología de experiencias con la materialidad.

El sustento teórico de la tesis se construye a partir de investigaciones previas sobre la materialidad, la producción de la presencia en el museo, el aura de los objetos históricos, y la importancia de los aspectos emocionales y sensoriales dentro de la experiencia de una exposición. Tras un breve repaso de las diferentes modalidades expositivas que ha seguido la puesta en escena de la cultura mexica como legado nacional, se procede a presentar el primer nivel de la tipología propuesta: encuentros materiales (los objetos como piezas de arte, apreciación como conjunto, comprensión a partir de la comparación y deducciones materiales) y resonancias emotivas (objetos como continuidad en el tiempo, el visitante absorto, emoción en el reconocimiento y emociones encarnadas). Un segundo nivel, en el que los postulados teóricos se entrelazan con las narrativas de los visitantes, incorpora nociones como la experiencia estética, las atmósferas elocuentes y la experiencia sensorial.

Se concluye que los objetos no son sólo el referente visual de un discurso curatorial, puesto que poseen un potencial relativamente independiente del texto, derivado de las distintas manifestaciones de su presencia física en el entorno del museo. Su disposición en el espacio expositivo contribuye a la creación de una atmósfera particular, un estar-aquí intensificado que, en los casos de itinerancia, da lugar a una modalidad particular de la comprensión intercultural.