'Análisis histórico urbano y demográfico...', de corte sincrónico (1930) de la ciudad de Villahermosa, capital de Tabasco, encuentra su contexto histórico urbano en una ciudad colonial consolidada durante el siglo XIX en cuatro estructuras urbanas (un centro y tres barrios), que en los primeros años posrevolucionarios del siglo XX experimentará un momento de inflexión trascendente en su desarrollo urbano y que le marcará el rumbo durante todo el siglo XX. La ciudad colonial se origina en condiciones geográficas óptimas (ubicación, topografía, conectividad) dentro de una llanura aluvial de red hidrográfica profusa y, en muchas ocasiones, determinante para los procesos de desarrollo urbano de los asentamientos, pero que en el caso de Villahermosa le permitirá constituirse efectivamente en el asentamiento primado y central, literalmente, de Tabasco. Empero esas misma condiciones geo-hidrográficas condicionarán durante la colonia y gran parte del siglo XIX, la traza, ocupación, crecimiento y desarrollo de las estructuras urbanas, lo cual empezará a dejar de ser una limitante y obstaculizar la expansión en estas primeras décadas posrevolucionarios junto a las políticas urbanas del Estado y proyectos de los propietarios de la tierra que natural o intencionalmente ha sufrido procesos hidrológicos y modificaciones hidrográficas que ahora le permiten entrar al mercado de tierras, dando lugar a tres fenómenos importantes en el desarrollo urbano: 1) la constitución de una nuevo centro urbano; 2) la diversificación del uso del suelo y 3) el establecimiento del antecedente histórico inmediato al proceso de metropolización urbana que se realizará durante el siglo XX. El estudio de la ciudad colonial y decimonónica ha permitido observar estos fenómenos y conocer las líneas generales que definieron el desarrollo urbano de la ciudad capital. Empero, el análisis de las poblaciones propiamente dichas, que inciden en la organización espacial, la definen, le dan carácter, sentido y significado no ha sido posible realizarlo por no disponer hasta el ahora de las fuentes censales para la colonia ni para la primera mitad el siglo XIX con las cuales pudiera observarse el papel específico que juega la población humana que toma, habita, usa y organiza el espacio. Así, constituye, una situación afortunada disponer del censo de 1930 que se ubica precisamente en este momento de inflexión del desarrollo urbano de la ciudad. y que permitirá observar directamente las singularidades de la población y su papel en el proceso urbano, pues es posible apreciar, por ellas, particularidades de este momento histórico.