Premio compartido
2021
Director de trabajo: Karen Cordero Reiman
Una mujer clave para el arte en México. Inés Amor y la Galería de Arte Mexicano (1935-1945)
A lo largo de este trabajo se estudia la trascendencia de la Galería de Arte Mexicano (GAM) y de la labor de Carolina Amor como fundadora y de Inés Amor como su directora y consolidadora. Inés Amor, como galerista y gestora, tuvo un rol fundamental en la promoción cultural del arte producido en México, este es un esfuerzo que pretende abonar a la labor de justa visibilización de quienes no han sido reconocidas por la historia y, en particular, por la historia del arte, pero que han tenido una labor esencial en la infraestructura del sistema artístico tanto galerístico como museístico.
En esta investigación se abona a los estudios del funcionamiento del mercado del arte y de la gestión de exposiciones, así como de la relación entre las instituciones privadas y públicas. Para el crecimiento de la GAM fue estratégica la cercanía de Carolina con los artistas de la Sala de Arte del Departamento de Bellas Artes, quienes para la inauguración de la galería prestaron su obra. Esa vinculación permitió el desarrollo de la galería no sólo al inicio de ésta, sino a lo largo del tiempo con el préstamo de piezas confiadas a Amor durante las exposiciones en museos internacionales. La relación de la GAM con instancias y artistas internacionales es también clave para comprender el desempeño de Inés Amor, su trascendencia en el sistema artístico y su rol protagónico en las instituciones mexicanas: ella fue indispensable en la labor de difusión en el extranjero del arte hecho en México, sobre todo –pero no exclusivamente–, con el público estadounidense. Amor continúa el camino que ya habían trazado otras mujeres promotoras del arte mexicano, como Frances Toor o Anita Brenner.
La GAM también tuvo un papel importante para forjar el gusto del mercado mexicano, el cual para inicios de los treinta tendía a comprar obras decimonónicas, ya que se buscaba obra semejante a la pintura europea previa a las vanguardias artísticas, muy lejano a "los monotes" de artistas como Orozco o Rivera. En este proceso posrevolucionario, la galería forma parte de en un momento en el que se forja el paradigma nacionalista que tiene fuertes implicaciones en el mundo de la cultura y el arte. La GAM transformó el valor expositivo de distintos soportes, diversificó el mercado del arte, fortaleció los formatos de pintura de caballete, la fotografía y la escultura de diversos formatos y al tiempo continuó con la tradición de coleccionismo de dibujo y grabado, mismo que desde el siglo XIX en México había adquirido importante auge. Inés Amor propició el sistema de compraventa y su profesionalización desde el sector privado y también trabajó de la mano del gobierno. Prueba de esta colaboración fue el rol de Amor en las exposiciones internacionales promovidas por el Estado mexicano. Las exposiciones internacionales en museos y galerías fueron estratégicas para ampliar el mercado y el reconocimiento de los artistas. Amor gestionó préstamos, permisos aduanales e incluso representó al Estado mexicano en cuestiones de administración del patrimonio. Un ejemplo de su trabajo es Twenty Centuries of Mexican Art de 1940 en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, exposición de gran relevancia en medio de las políticas del buen vecino instrumentadas por Roosevelt y cuyo discurso era favorable a los intereses diplomáticos del gobierno cardenista. Pocos años después de haber sido fundada la galería (1935) y del cambio de directiva de Carolina a Amor (1936), esta exposición muestra su capacidad como gestora, su cercanía con los museos internacionales y su trascendencia como organizadora para el gobierno mexicano.
En esta investigación se abona a los estudios del funcionamiento del mercado del arte y de la gestión de exposiciones, así como de la relación entre las instituciones privadas y públicas. Para el crecimiento de la GAM fue estratégica la cercanía de Carolina con los artistas de la Sala de Arte del Departamento de Bellas Artes, quienes para la inauguración de la galería prestaron su obra. Esa vinculación permitió el desarrollo de la galería no sólo al inicio de ésta, sino a lo largo del tiempo con el préstamo de piezas confiadas a Amor durante las exposiciones en museos internacionales. La relación de la GAM con instancias y artistas internacionales es también clave para comprender el desempeño de Inés Amor, su trascendencia en el sistema artístico y su rol protagónico en las instituciones mexicanas: ella fue indispensable en la labor de difusión en el extranjero del arte hecho en México, sobre todo –pero no exclusivamente–, con el público estadounidense. Amor continúa el camino que ya habían trazado otras mujeres promotoras del arte mexicano, como Frances Toor o Anita Brenner.
La GAM también tuvo un papel importante para forjar el gusto del mercado mexicano, el cual para inicios de los treinta tendía a comprar obras decimonónicas, ya que se buscaba obra semejante a la pintura europea previa a las vanguardias artísticas, muy lejano a "los monotes" de artistas como Orozco o Rivera. En este proceso posrevolucionario, la galería forma parte de en un momento en el que se forja el paradigma nacionalista que tiene fuertes implicaciones en el mundo de la cultura y el arte. La GAM transformó el valor expositivo de distintos soportes, diversificó el mercado del arte, fortaleció los formatos de pintura de caballete, la fotografía y la escultura de diversos formatos y al tiempo continuó con la tradición de coleccionismo de dibujo y grabado, mismo que desde el siglo XIX en México había adquirido importante auge. Inés Amor propició el sistema de compraventa y su profesionalización desde el sector privado y también trabajó de la mano del gobierno. Prueba de esta colaboración fue el rol de Amor en las exposiciones internacionales promovidas por el Estado mexicano. Las exposiciones internacionales en museos y galerías fueron estratégicas para ampliar el mercado y el reconocimiento de los artistas. Amor gestionó préstamos, permisos aduanales e incluso representó al Estado mexicano en cuestiones de administración del patrimonio. Un ejemplo de su trabajo es Twenty Centuries of Mexican Art de 1940 en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, exposición de gran relevancia en medio de las políticas del buen vecino instrumentadas por Roosevelt y cuyo discurso era favorable a los intereses diplomáticos del gobierno cardenista. Pocos años después de haber sido fundada la galería (1935) y del cambio de directiva de Carolina a Amor (1936), esta exposición muestra su capacidad como gestora, su cercanía con los museos internacionales y su trascendencia como organizadora para el gobierno mexicano.