La arqueozoología, o estudio de los restos de animales encontrados en contextos arqueológicos, es una disciplina relativamente reciente que en México comienza oficialmente su desarrollo en 1961, al fundarse el primer laboratorio de este tipo en el seno del antiguo Departamento de Prehistoria (ahora Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico) del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Inicialmente sus trabajos se enfocaron a la fauna asociada a ocupaciones tempranas, pero con el tiempo amplió su área de trabajo a restos y obras de sitios arqueológicos más tardíos, inclusive a etapas coloniales y modernas; también extendió su estudio a la fauna representada en diferentes manifestaciones culturales, así como a la fauna registrada en diferentes fuentes etnohistóricas e históricas. Además de analizar restos de sitios arqueológicos, en el Laboratorio de Arqueozoología "M. en C. Ticul Álvarez Solórzano" se realizan investigaciones biológicas básicas para mejorar e implementar los procedimientos y técnicas de análisis, así como para establecer la base comparativa de la fauna y del ambiente modernos para contrastarlos con la fauna y el ambiente del pasado; dada la magnitud de estas últimas actividades, a veces es necesario abordarlas como un proyecto separado. Como producto del trabajo continuo y a través de la infraestructura que ha formado en más de 50 años y a la especialización de su personal, en este laboratorio se han elaborado más de 600 informes técnicos, casi 500 publicaciones y más de 300 ponencias, colaborando con investigadores del propio INAH, así como con estudiantes e investigadores de otras instituciones nacionales y extranjeras.