Las órdenes regulares en los reinos de la Monarquía Católica [2017]
OBJETIVO GENERAL
Este proyecto tiene como finalidad entender el establecimiento y actuar de las órdenes regulares en los territorios de la Monarquía Católica. De manera específica, entender el proceso de establecimiento y cambio de los institutos regulares nos permite analizar, en gran medida, el devenir y conformación del México independiente. Precisamente en relación con el trabajo que se realiza en la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos, el proyecto que ahora presento permite tomar decisiones de la preservación o no de ciertas estructuras o elementos así como en torno al discurso que puede generarse a partir de él dependiendo del significado que han tenido y tienen. En suma, la gestión y por lo tanto, la conservación de inmuebles que pertenecieron a las órdenes regulares depende en gran medida del significado que logremos darles en la actualidad ya sea desde sus valores estéticos, históricos y simbólicos para lo cual es necesaria la investigación que propongo.
ANTECEDENTES
Mis trabajos de término de licenciatura, maestría y doctorado en historia han estado enfocados en el estudio de las órdenes regulares en Indias. Particularmente he atendido el establecimiento de los Carmelitas Descalzos en Nueva España. Es precisamente de estas investigaciones que se desprende la idea y se vislumbra la pertinencia de generar un proyecto que atienda a las órdenes regulares no sólo en Nueva España, sino en el conjunto de la Monarquía Católica ya que si bien es cierto que existen amplios estudios en torno a las órdenes, especialmente franciscanos y jesuitas, son pocos los que las atienden a partir de sus vínculos con el resto de la monarquía a la que pertenecían.
DESCRIPCIÓN
Como sabemos, lo eclesiástico se compone de múltiples esferas de índole política, administrativa, social y económica enmarcadas en su propio aparato jurídico. Así, abarca a todos los cuerpos sociales que dependen del brazo espiritual del poder y su interacción en la sociedad en la que se desenvuelven; por lo tanto, acercarse al estudio de la Iglesia resulta complejo y avasallador. Por ello, este proyecto se centra en analizar el cambio en la política de la Corona hispana en torno a las familias de regulares, en los siglos coloniales. Entronizado alrededor de 1534, Pablo III emprendió la restauración disciplinar de las órdenes religiosas, aprobando la fundación de nuevos institutos reformados. Ejemplo de ello es el establecimiento institucional de la Compañía de Jesús en 1540. Ésta tenía como objetivo militar para Dios bajo la bandera de la cruz y servir sólo al Señor y al papa, su vicario sobre la tierra, por la predicación, la enseñanza y las obras de caridad. Así, la Orden nació como una herramienta para ayudar a la monarquía papal y a la reforma católica. Igualmente, convencido de la necesidad de una transformación general de los miembros de la Iglesia, y cediendo ante las presiones del emperador hispano, el sucesor de Pedro convocó a un concilio. Ya su predecesor, Clemente VIII, había considerado la necesidad de una junta ecuménica, pues el llamamiento de reforma no tenía vuelta atrás debido a la aparición del protestantismo y la fuerza que iba tomando. A pesar del temor de la curia por que el sínodo ecuménico pudiera ser utilizado por los conciliaristas o por los soberanos, ésta necesitaba dar una respuesta al protestantismo y a la propia sociedad católica que pedía cambios en los miembros de la Iglesia. Particularmente en el caso de las órdenes regulares, se necesitaba puntualizar su actuar dentro de la comunidad cristiana. Y es que entre los siglos XIII y XVI ésas habían recibido numerosos privilegios papales que las enfrentaban jurisdiccionalmente con el clero secular, además de que las transgresiones a sus reglas eran habituales. Al respecto de esto último, se les criticaba principalmente el que salían con frecuencia de sus conventos, llevaban una vida cómoda y, en algunos casos, hasta un lujo innecesario. A la par, la perpetuidad en los cargos de gobierno era un obstáculo constante para evitar abusos. Finalmente, el 13 de diciembre de 1545 el concilio ecuménico dio inicio en la ciudad de Trento. Fue en la última sesión de dicho sínodo, la número XXV, donde se abordó la reforma de los regulares en 22 capítulos. En esa sesión se respaldó un estricto seguimiento de las reglas, como ya lo habían comenzado a hacer los movimientos de observancia -es decir los que decidieron regresar a las reglas establecidas por los fundadores, suprimiendo los privilegios papales? previos a Trento. Además, el concilio ecuménico colocó a los regulares bajo la tutela episcopal en cualquier actividad que realizaran fuera de sus conventos, lo cual permitiría controlarlos mejor. Fue con esas líneas de reforma que concluyó la asamblea el 4 de diciembre de 1563. Así, el Concilio de Trento fue la cristalización de una serie de impulsos locales de renovación del cristianismo que fueron tomando fuerza a partir del Concilio de Constanza, que puso fin al Cisma de Occidente; pero a la vez fue una de las respuestas al resquebrajamiento ecuménico del catolicismo que había ocurrido a principios del siglo XVI. A partir del cierre de la reunión conciliar puede considerarse que dio inicio el postridentinismo. Este proceso se caracterizó por reafirmar las virtudes teologales, reformar a las órdenes regulares para que regresaran a sus principios, clarificar la postura jerárquica de sus miembros, limitar la participación de los seglares y de las religiosas en el culto, así como supervisar las ceremonias y el abuso del ritualismo. Si bien estos lineamientos eran una respuesta al protestantismo, también lo eran a las peticiones de reforma que se habían ido gestando e incrementando en el último siglo entre la propia comunidad católica. Por fin, el 26 de enero de 1564 Pío IV hizo efectivos todos los decretos del concilio y con ello inició la apabullante tarea de impedir que quedaran en letra muerta, como ya había sucedido con disposiciones anteriores. La reunión ecuménica había logrado establecer y reforzar los dogmas del catolicismo; no obstante, aquellos dictados relacionados con las prácticas dieron lugar a diversos choques entre el poder real y el pontificio. Entonces, en este proyecto atenderé cómo se intentó llevar a cabo la reforma del clero regular en los dominios hispanos. En este proceso veremos cómo los dictados de Trento respecto de los regulares estuvieron sujetos a las pretensiones del gobierno de Felipe II. Concretamente, las nuevas órdenes que llegaron tardíamente a Indias se presentan como institutos nacidos en el seno español y que se constituyeron con elementos de la reforma ecuménica de la Iglesia, pero también con características promovidas por el rey hispano. Al respecto fue notorio que la Corona hispana intentó reformar a las órdenes que se encontraban en sus territorios y sujetarlas a su autoridad. No obstante, ante las diversas resistencias a su iniciativa y sin abandonar la transformación de las provincias regulares ya existentes, permitió la configuración de nuevas familias regulares que podían ser útiles particularmente en las territorios ultramarinos. Así es necesario ver las motivaciones de su envío a Indias, como su actuar en los territorios ultramarinos. Más allá de estos primeros años de reforma y adecuación, veremos las prácticas y el desarrollo de las órdenes regulares en los territorios indianos sin perder de vista su relación con la metrópoli y con el resto de la monarquía a lo largo del siglo XVI, XVII y XVIII.
Las órdenes regulares tiene como una característica principal, su diseminación en el mundo constituyéndose como una corporación ultranacional. por lo tanto, entender su comportamiento, actividades e influencias en distintos territorios nos da cuenta de la configuración social y cultural de las sociedades modernas. por ello se intentarán generar los lazos necesarios con otras instituciones para integrar resultados. Muestra de ello es que en septiembre de 2015 me invitaron a dar una charla en Buenos Aires, Argentina en torno a estos temas.
NOTAS
- Descripción de actividades: A lo largo de 2017 llevaré a cabo trabajo de investigación y difusión en torno a las órdenes regulares en la Monarquía Hispana. Para ello tengo planeado desarrollar mi trabajo en diversas bibliotecas y archivos para entonces generar productos académicos que implican desde la presentación de ponencias, hasta la elaboración de capítulo de libros. El primer trimestre me dedicaré a la coordinación y corrección del libro, después de su primer dictamen, desprendido del Congreso de la Orden del Carmen en Hispanoamérica. Igualmente prepararé la presentación de un libro en torno a los procesos de conquista en la Monarquía Católica. En el segundo trimestre prepararé la ponencia y artículo en torno a Valladolid (hoy Morelia) y el establecimiento de las instituciones eclesiásticas en dicha ciudad virreinal. Para ello espero poder ir al archivo Histórico Municipal de Morelia. Esto para participar en el coloquio que llevará por título 'La Iglesia en la construcción de los espacios urbanos' que se realizará en Puebla (27 y 28 de abril). También en ese trimestre me iré a una estancia de investigación en España (21 de mayo al 2 de agosto) donde haré la investigación documental para comenzar a preparar un artículo en torno a la política eclesiástica y las nuevas órdenes en los reinos de la monarquía católica, 1550-1630. Así, en el tercer trimestre, también estaré trabajando en la estancia, así como avanzando en la investigación. El cuarto trimestre será para elaborar, por lo menos el borrador, del artículo desprendido de dicha estancia de la investigación.
Para finales del siglo XVI eran claras las diferencias entre las órdenes regulares viejas y las nuevas. Las primeras, conformadas por franciscanos, dominicos y agustinos, llegaron a la Nueva España al término de la conquista militar del centro y, si bien desarrollaron labores misionales, luego vertieron sus esfuerzos e intereses en la cura de almas y en su permanencia en las doctrinas de indios, así como en las ciudades. De esas órdenes, sólo los franciscanos se desempeñaron de manera constante en las tareas de evangelización de poblaciones aún sin pacificar incluso después de iniciado el siglo XVII. En comparación, las nuevas órdenes se asentaron en el centro del virreinato hacia el último tercio del siglo XVI, argumentando un trabajo de misión y/o de instrucción. De manera general no se dedicaron a la cura de almas, pero sí establecieron enclaves urbanos, atendiendo a la población peninsular y criolla. Este grupo, además de los carmelitas descalzos, lo conforman los jesuitas, mercedarios y franciscanos descalzos. Así, es necesario entender cómo estas órdenes tardías se integraron no sólo al territorio de la Nueva España sino en Indias, para entender las dinámicas sociales que se establecieron en torno a ellas. Esto nos permitirá enriquecer nuestro conocimiento no sólo de la vida de la sociedad virreinal, sino la conformación de un los países independientes y su devenir histórico. Igualmente, analizar estos procesos nos permite entender los espacios que edificaron y que hoy, en su mayoría, forman parte del patrimonio cultural de los países Latinoamericanos. De hecho el productos de las investigaciones que he realizado se insertan en los trabajos de diversos seminarios: 1) Seminario de historia política y económica de la iglesia en Mexico coordinado por la Dra. Pilar Martínez López-Cano y el Dr. Francisco Javier Cervantes Bello. Instituto de Investigaciones Históricas - UNAM e Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso Vélez Pliego - BUAP. 2) Teólogos y Juristas de la colonia a la república coordinado por el Dr. Enrique González González, Instituto de Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación - UNAM. 3) Crónica Provincial coordinado por la Mtra. Rosa de Lourdes Camelo, Instituto de Investigaciones Históricas - UNAM.
Folio SIP
9311
Fecha de inicio
2014-01-07
Fecha de término
2018-12-31
Categoría
Unidad Administrativa
Área normativa