Mi investigación está fundamentada en la Teoría de la Complejidad, en la Filosofía de la Praxis y en la Teoría Antropológica de la corporeidad, desde una propuesta que he llamado Praxis de la Antropología Forense, que implica conciliar la teoría y la práctica para transformar las realidades violentas de México, desde una visión transdisciplinaria bioarqueopsicosocial. Sin embargo, el aporte más importante surge de la Antropología Física dado que el objetivo principal de las investigaciones en Antropología Forense radica en la identificación de personas y en ayudar en la determinación de la causa de muerte.

El trabajo responde a la pregunta de investigación: ¿Por qué es necesaria la Praxis de la Antropología Forense como una construcción de estrategias innovadoras para coadyuvar en la resolución de los casos de desaparición forzada de personas y desaparición cometida por particulares en medio de la crisis humanitaria que enfrenta México?, así como a la pregunta subsidiaria:

¿Cuál es la importancia de analizar las relaciones entre actores significativos a partir de la corporeidad entre la biopolítica, la necropolítica, los espacios de muerte en medio de las violencias de México para la construcción y viabilidad de la Praxis de la Antropología Forense?

La propuesta presentada como Praxis de la Antropología Forense es incluyente, interseccional, bioética, está fundamentada en los derechos humanos y parte de un posicionamiento político de compromiso social y académico, con perspectiva de género y crítico ante los sistemas hegemónicos. Además, busca un diálogo entre la teoría y la práctica (tan alejadas históricamente en la Antropología Forense), de manera que contribuya en la transformación de las realidades violentas de México. Mientras la crisis humanitaria del país ha crecido exponencialmente, la necesidad de especialistas en Antropología Forense también, pero desde una formación que logre abordajes cada vez más complejos y diversos que cimienten espacios para que las realidades violentas se transformen y se dirijan hacia una cultura de paz y también faciliten el derecho de las víctimas a la verdad, a la justicia, a la reparación y a la no repetición.