Mención honorífica compartida
2022
Director de trabajo: Edith María del Socorro Ortiz Díaz
Paleodieta zapoteca durante el periodo Clásico y Posclásico mesoamericano
Arqueológicamente hay evidencia de rutas que relacionaron los sitios mesoamericanos, entre los zapotecas hubo dos sitios claves; El Palmillo en el Valle de Tlacolula, que formo parte de un camino hacia el sur con la Costa e Istmo de Tehuantepec, llegando hasta el Soconusco y con ello la zona maya. Y el sitio de San Francisco Caxonos, en la Sierra Norte que conectaba a su vez, Tuxtepec hacia la costa del Golfo.
Estos sitios fueron importantes durante dos momentos de auge, el Clásico tardío entre el 500 -700 d.C., y el Posclásico tardío después de 1200 d.C., en general, debieron ser varias las causas que forzaron a los zapotecas a conectarse a estas rutas y crear con ellos un medio de intercambio y comercio que incluiría alimentos de cada región, recursos exóticos, cerámica, lítica, etc.
La única manera para tener evidencia de los alimentos intercambiados es a través de la paleodieta, y para ello el objetivo principal de este trabajo es identificar el patrón alimentario por medio de los elementos traza contenidos en restos óseos y piezas dentales de los zapotecas que habitaron durante los años de 250 a 1521 d.C., en los citados sitios. Por ende, se creería que la alimentación de ambas sociedades fuera similar al estar comunicados por estas rutas, pero… ¿es esto correcto?.
Para cumplir con el objetivo se utilizaron las siguientes líneas de investigación; la bioarqueología, arqueometría y vías alimenticias o “foodways”, asimismo, por primera vez se aplicó la técnica de Fluorescencia de rayos X (XRF) sobre piezas dentales humanas para el estudio de paleodietas, ya que es una técnica no destructiva ni invasiva, que permite la conservación del material analizado, arrojando resultados favorables, toda vez que determinaron factores que ayudaron a diferenciar las dietas con mayor carga cárnica y vegetal, además de obtener un listado de elementos traza acorde a la alimentación mesoamericana.
Como etapa final en la conclusión de este trabajo de investigación se determinó que cada sitio tuvo alimentos propios del ecosistema en que se desarrolló, permitiendo a los zapotecas tener una vida saludable, de esta manera factores económicos, políticos e inclusive roles sociales no influyeron de forma drástica en la alimentación de cada persona, sino que fueron las funciones activas y biológicas lo que generaron diferencias dietéticas.
Estos sitios fueron importantes durante dos momentos de auge, el Clásico tardío entre el 500 -700 d.C., y el Posclásico tardío después de 1200 d.C., en general, debieron ser varias las causas que forzaron a los zapotecas a conectarse a estas rutas y crear con ellos un medio de intercambio y comercio que incluiría alimentos de cada región, recursos exóticos, cerámica, lítica, etc.
La única manera para tener evidencia de los alimentos intercambiados es a través de la paleodieta, y para ello el objetivo principal de este trabajo es identificar el patrón alimentario por medio de los elementos traza contenidos en restos óseos y piezas dentales de los zapotecas que habitaron durante los años de 250 a 1521 d.C., en los citados sitios. Por ende, se creería que la alimentación de ambas sociedades fuera similar al estar comunicados por estas rutas, pero… ¿es esto correcto?.
Para cumplir con el objetivo se utilizaron las siguientes líneas de investigación; la bioarqueología, arqueometría y vías alimenticias o “foodways”, asimismo, por primera vez se aplicó la técnica de Fluorescencia de rayos X (XRF) sobre piezas dentales humanas para el estudio de paleodietas, ya que es una técnica no destructiva ni invasiva, que permite la conservación del material analizado, arrojando resultados favorables, toda vez que determinaron factores que ayudaron a diferenciar las dietas con mayor carga cárnica y vegetal, además de obtener un listado de elementos traza acorde a la alimentación mesoamericana.
Como etapa final en la conclusión de este trabajo de investigación se determinó que cada sitio tuvo alimentos propios del ecosistema en que se desarrolló, permitiendo a los zapotecas tener una vida saludable, de esta manera factores económicos, políticos e inclusive roles sociales no influyeron de forma drástica en la alimentación de cada persona, sino que fueron las funciones activas y biológicas lo que generaron diferencias dietéticas.