Mención honorífica
2023
Labor Omnia Vincit. Chipilo, entre el fascismo trasnacional y el estado posrevolucionario, 1907-1982
Labor Omnia Vincit es una historia sobre cómo las ideas viajan. En ocasiones, invitadas. Otras veces, fantasmagóricamente. Con un andamiaje teórico dado por el constructivismo operativo formulado por Niklas Luhmann, esta investigación recurre en su estrategia metodológica a la historia cultural para indagar sobre las presencias del fascismo italiano en México. Nutrida de la consulta de repositorios locales y nacionales como el Archivo Histórico de Chipilo, el Archivo Parroquial de Chipilo, el Archivo Histórico de Tonantzintla, el Acervo Histórico Diplomático, el Archivo Central Salesiano y repositorios familiares, así como de trabajo etnográfico y de entrevistas de historia oral, la hipótesis sustentada en el libro afirma que la identidad de los chipileños no es inmanente a un aislamiento étnico que se presupone inherente al establecimiento de los inmigrados en el valle de Puebla, sino que es el resultado de la recepción del fascismo en la memoria social de la colonia, posterior, paradójicamente, a la caída del régimen mussoliniano.
A lo largo de tres capítulos, esta premisa haya su asidero en el abordaje de dos fenómenos que se desarrollaron simultáneamente en México durante la primera mitad del siglo XX. En una primera escala, se recrean los debates historiográficos sobre la cuestión del fascismo italiano y es conceptualizado en el libro como una “religión política” con dispositivos corporativos y estéticos. En una segunda escala de observación, se abordan las influencias que el campo de ideas y prácticas políticas fascistas ejerció en la construcción del régimen posrevolucionario. El influjo, aunque soterrado debido al discurso nacionalista, fue desplegado por actores políticos como Plutarco Elías Calles, Abelardo L. Rodríguez, Emilio Portes Gil, Manuel Puig Casauranc, Ezequiel Padilla y José Vasconcelos, cuyo interés se centró en la legislación laboral, la arquitectura del partido de Estado, las políticas de salubridad y las instituciones de gestión del tiempo de ocio de la población.
El análisis de la fascistización de la colonia italiana de Chipilo es el tercer eje de la obra. Recurriendo a la categoría de “experiencia vivida” se busca asir la complejidad de este proceso, arrojando luz a la puesta en escena de los rituales y símbolos del fascismo, además de esclarecer la agencia que tuvieron actores locales como el cura Francisco Mazzocco, el cónsul Carlo Manstretta y las salesianas del Colegio María Auxiliadora. El corolario de la socialización de los chipileños en los valores, creencias y mitos fascistas ha sido un conjunto de “efectos no previstos”, durante el periodo posfascista, en la dinámica identitaria y en las representaciones sociales de la colonia.
A lo largo de tres capítulos, esta premisa haya su asidero en el abordaje de dos fenómenos que se desarrollaron simultáneamente en México durante la primera mitad del siglo XX. En una primera escala, se recrean los debates historiográficos sobre la cuestión del fascismo italiano y es conceptualizado en el libro como una “religión política” con dispositivos corporativos y estéticos. En una segunda escala de observación, se abordan las influencias que el campo de ideas y prácticas políticas fascistas ejerció en la construcción del régimen posrevolucionario. El influjo, aunque soterrado debido al discurso nacionalista, fue desplegado por actores políticos como Plutarco Elías Calles, Abelardo L. Rodríguez, Emilio Portes Gil, Manuel Puig Casauranc, Ezequiel Padilla y José Vasconcelos, cuyo interés se centró en la legislación laboral, la arquitectura del partido de Estado, las políticas de salubridad y las instituciones de gestión del tiempo de ocio de la población.
El análisis de la fascistización de la colonia italiana de Chipilo es el tercer eje de la obra. Recurriendo a la categoría de “experiencia vivida” se busca asir la complejidad de este proceso, arrojando luz a la puesta en escena de los rituales y símbolos del fascismo, además de esclarecer la agencia que tuvieron actores locales como el cura Francisco Mazzocco, el cónsul Carlo Manstretta y las salesianas del Colegio María Auxiliadora. El corolario de la socialización de los chipileños en los valores, creencias y mitos fascistas ha sido un conjunto de “efectos no previstos”, durante el periodo posfascista, en la dinámica identitaria y en las representaciones sociales de la colonia.