Es una realidad que el INAH no siempre recibe las notificaciones respecto al hallazgo de restos humanos patrimoniales de origen arqueológico o histórico. En no pocas ocasiones quienes reciben tales notificaciones son las diversas autoridades judiciales, quienes, al tratarse de restos humanos inician las diligencias ministeriales correspondientes, entre las que se ejecutan con mayor inmediatez está la intervención de los servicios periciales para la recuperación de los restos humanos y los indicios asociados. Desafortunadamente, la falta de personal especializado en antropología física y arqueología entre los peritos que acuden al lugar de la investigación, da como resultado la destrucción no solo del contexto arqueológico, sino la perdida de información respecto a éste y la separación de los objetos que no se recuperan por no parecer importantes para la investigación. Desde el año 2008, en el Centro INAH Querétaro se ha establecido comunicación directa con la Fiscalía estatal para la colaboración interinstitucional en la atención de los casos, cuyas denuncias involucran restos humanos. Así ha funcionado y como resultado de tales acciones se han recuperado diversos esqueletos prehispánicos que se encontraban en posesión de dicha dependencia. Esto no es un hecho aislado, sucede en todos los estados de la República mexicana y su atención debe ser una prioridad institucional, dados los diversos grupos de búsqueda de personas desparecidas que actúan en el país. En el año 2021 se estableció un vínculo entre quien suscribe el presente y el proyecto 'Osteoteca y etnicidad arqueológica en Guanajuato. Bioarqueología y dinámicas poblacionales prehispánicas desde la lente del INAH', coordinado por Luz Ma. Flores y Lidia Iris Rodríguez, investigadores del Centro INAH Guanajuato para la investigación de una muestra de restos óseos humanos entregada por la Fiscalía al Centro INAH de ese estado, por lo que en el mismo año se realizó el traslado de los restos óseos al Centro INAH Querétaro, en donde permanecen en resguardo.