Esta investigación surge de la necesidad de documentar los cambios ambientales del Pleistoceno tardío al Holoceno en México, en sitios arqueológicos y/o paleontológicos de ese periodo, el cual es de especial interés por: 1) Finaliza el periodo glaciar más reciente, promoviendo cambios climáticos drásticos en relativamente poco tiempo. Las tendencias generales en México muestran tendencias contradictorias entre algunas regiones del país. 2) Se establecen los primeros pobladores en el continente a finales del Pleistoceno y se encuentran con entornos ambientales en gran medida diferentes a los que conocían, lo cual promovió cambios en sus patrones culturales. 3) Desaparece la fauna Rancholabreana, para lo que se manejan tres hipótesis: el cambio climático; la caza excesiva por parte de los grupos humanos y/o la conjunción de ambos factores. El estudio de las variaciones climáticas permitirá conocer los ambientes locales en los que se desarrolló dicha fauna, lo que a su vez permitirá ampliar la discusión sobre las posibles causas de su extinción. 4) La información sobre la evolución climática durante Holoceno temprano y medio es todavía escasa. Este periodo es relevante porque involucra las adaptaciones culturales que necesariamente sucedieron cuando estos grupos humanos tuvieron que enfrentarse a los cambios ambientales (y por ende de recursos faunísticos y vegetales) provocados por los cambios en el sistema climático, que en algunos casos fueron muy drásticos y abruptos, lo cual tiene que ver con el cambio en las estrategias de aprovechamiento que promovieron la domesticación de plantas y animales a lo largo del Holoceno. Para realizar la investigación, se revisará e interpretará la información analítica generada en la etapa anterior mediante un convenio INAH-UNAM (2022) de las secuencias edafo-sedimentarias de los sitios del Noroeste de la Cuenca de México (Santa Lucía y Tultepec). La información se complementará con la información de proxys independientes del registro estratigráfico, como son los isótopos estables de carbono (13C) y el registro fósil. Los resultados obtenidos se contrastarán con las inferencias paleoambientales realizadas por trabajos previos. Asimismo, se investigarán los antecedentes arqueológicos y paleontológicos del área de estudio. El proyecto se divide en tres etapas: la primera se realizó en 2021, la segunda en 2022 y la tercera se realizará en 2023. En esta etapa se procesarán los resultados de los análisis de las muestras edafo-sedimentarias iniciados en 2022, para generar interpretaciones integrales de las interacciones humano-naturaleza; y se vincula con la línea de acción 1.1.2 del PIMP del INAH.