En el año 2023 esta indagación aspiró a proseguir la identificación de la expansión geohistórica, en la antroponimia novohispana,-del culto o devoción guadalupana. Ello a fin de dotar de mayor precisión al general o vago enunciado historiográfico de que su invocación entre la feligresía indígena fue el inicial nacimiento discursivo de la identidad mexicana o distintiva de lo gachupín. Esto se realizó en la revisión y en paralela concatenación en la construcción de sus respectivas bases de datos entre la hagionimia y su empleo en los bautizados del archivo parroquial colonial de San Jacinto Thenanitla del siglo XVII, como las del partido de Teotitlan del Camino Real, más el de su empleo en la nómina parcial de las monjas recoletas agustinas de Nuestra Señora de la Soledad en Oaxaca, listado en el ?Libro de entradas, y abitos, en este Año [?] del fondo Castañeda Guzmán de la biblioteca Juan de Córdova, Oaxaca. Además de su empleo en la antroponimia de Huazolotitlan, Oaxaca en su libro matrimonial del siglo XVII. Lo antecedente, a través de la conformación de las correspondientes bases de datos digitales que suponen a su vez, cuando corresponde, su paleografía. Tal escrutinio, si bien aún preliminar, permite afirmar que el culto a la virgen del Tepeyac fue muy esporádico en lo que hoy es el estado de Oaxaca como en el marquesado del Valle en su fracción de San Jacinto Thenanitla hoy, alcaldía de Álvaro Obregón, cd. de México, extraña constatación, no obstante, la supuesta fidelidad de Hernan Cortés a la virgen Guadalupana extremeña que O´Gorman aduce para explicar la introducción del culto al ámbito novohispano.