Constantino Reyes Valerio nació el 10 de enero de 1922 en Zinacatepec, Puebla, donde aprendió, además de español, náhuatl. En 1947 llegó a la ciudad de México, donde cinco años después obtuvo el grado de maestro Químico Bacteriólogo y Parasitólogo en el Instituto Politécnico Nacional. Tras haber asistido a algunas conferencias acerca del arte mexicano en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, en el centro de la ciudad, tomó un curso sobre el barroco en Guanajuato, impartido por Francisco de la Maza. Asistió como oyente a la carrera de Historia del Arte durante casi tres años. Tomó cátedra con maestros como Justino Fernández, Antonio Caso, Ricardo Urbina, Samuel Ramos y Rafael García Granados, lo que lo llevó a cursar formalmente la licenciatura. Aceptó una invitación originada por su donación de fotografías de Europa, para catalogar y clasificar fotografías en la fototeca del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Hacia 1960 aparecen sus dos primeras publicaciones: Tepalcingo y Trilogía barroca. A partir de 1967 algunos de sus trabajos se ocuparon de las reminiscencias prehispánicas y el arte colonial. De estos trabajos sobresale Las pinturas de papel amate de Itzmiquilpan.

Obtuvo el grado de maestro, con la tesis "El trabajo de los indios en las tareas de la evangelización de la Nueva España", así como la pasantía de doctor en Historia de México en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Su vida como académico e investigador fue muy activa, pues durante muchos años más dictó, en México y en el extranjero, numerosas conferencias acerca del arte colonial e impartió diversos cursos de fotografía, de iconografía y simbolismo cristiano, de tecnología de la pintura mural del siglo XVI y de historia del siglo XVI, en la Escuela Nacional de Restauración del INAH. Su monumental labor como fotógrafo enriqueció no sólo el acervo de la Fototeca de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos, sino también el de la Fototeca Nacional del INAH. En 1985 pasó a formar parte del Sistema Nacional de Investigadores y en ese mismo año recibió el premio Francisco Javier Clavijero que otorga el INAH por la mejor investigación, con el trabajo inédito El pintor de conventos. Los murales del siglo XVI en la Nueva España, publicado en 1989. En su obra se trasluce su trayectoria, cada vez más orientada hacia lo prehispánico. Así, en 1993, surgió su libro De Bonampak al Templo Mayor. El azul maya en Mesoamérica, donde pudo concretar sus inquietudes respecto a este pigmento, con el cual se había encontrado desde su trabajo sobre Tecamachalco. Desde enero de 2004, era miembro del Consejo de Asesores del Boletín de Monumentos Históricos del INAH. Falleció el 13 de diciembre del 2006.