El proyecto de investigación y habilitación de la Zona Arqueológica del Cerro del Teul, junto con la creación de un Centro de Atención al Visitante, representan una oportunidad para descentralizar la oferta cultural en Zacatecas, lo que promoverá el desarrollo social y la derrama económica a escalas estatal, regional y municipal. El rescate y puesta en valor del patrimonio arqueológico en el sur de Zacatecas constituye además un medio eficaz para fortalecer el arraigo cultural en una región que, orillada por una compleja problemática social y medioambiental, enfrenta un intenso problema migratorio. De este modo, los beneficios del proyecto pueden sumarse a los programas de retención poblacional en el campo mexicano, a través de la generación de empleos y el fortalecimiento comunitario. Por otro lado, el proyecto arqueológico pone énfasis en socializar la información que genera, compartiéndola con la población zacatecana de múltiples maneras. Las actividades de divulgación que se emprenden actualmente surgen de la convicción de que la arqueología es causa de utilidad pública, tal como lo estipula la Ley Orgánica del INAH, y como tal las actividades que se desempeñan en el contexto de un proyecto de investigación arqueológica deben hacerse accesibles a todo el público. Todas estas acciones tienen un profundo impacto en la apreciación del valor patrimonial de la zona arqueológica por encima de cualquier otro, y generan una conciencia y estimación de los vestigios arqueológicos en personas de todas las edades, asegurando así su protección y conservación para el futuro. Dada la estabilidad laboral que el proyecto ha representado para varias familias a lo largo ya de nueve años, muchas personas han logrado materializar proyectos propios que contribuyen a su desarrollo personal y a su bienestar social a largo plazo, por ejemplo estudiar carreras profesionales (muchas veces relacionadas con las actividades que desempeñan en el proyecto) o asegurar una vivienda popular para sus familias. A la vez se crean cuadros de especialistas en cada una de las actividades que desempeña el proyecto, gracias a una capacitación y supervisión puntual durante años. Esta consolidación del conocimiento y la experiencia adquirida han hecho posible que se involucre a las mismas personas en el rescate de otros sitios de la región, como es el Cerro de Las Ventanas, en Juchipila, o el Cerro de San Miguel, en Momax.