Los antecedentes se remontan al Programa Nacional de Conservación de Patrimonio Arqueológico e Histórico (1984), así como al Atlas Arqueológico Nacional (1984). El primero fijó como uno de sus objetivos la formación de profesionales encargados formar el inventario de sitios arqueológicos para promover la protección de los mismos y garantizar su investigación a futuro; el segundo, al postergar a etapas posteriores el mapeo de sitios monumentales y extensos, mientras se diseñaban los métodos de levantamiento que agilizaran esta tarea. De esta manera, se reactivó el laboratorio de Topografía de la licenciatura en Arqueología par experimentar con programas topográficos para computadoras personales y que los resultados retroalimentaran los contenidos de algunas materias, complementariamente, se construyó la metodología para fotointerpretación en apoyo a la búsqueda de sitios en fotos aéreas. Desde mediados de los noventa el escenario seleccionado fue el sur de Quintana Roo para poner a prueba estos métodos y técnicas; desde ese entonces se ha contado con el apoyo decidido de la directora del Centro INAH Quintana Roo. Es a partir de ese momento que se han topografiado sitios extensos como El Resbalón, Nicolás Bravo, Pol Box, Nueva Esperanza, Rancho la Juventud, Rancho Las Palmas y recientemente Noh Kah, por citar algunos, vinculados a una dinámica escolar.