Su origen se remonta al año 2014 y fue operado con el número de folio 11779. El objetivo ha sido la protección y la conservación de los objetos con respecto a las condiciones de exhibición y la seguridad en cada una de las salas permanentes. La observación constante ha permitido documentar el comportamiento de los materiales con los que están elaborados, así también se han atendido aspectos de limpieza e intervenciones de restauraciones preventivas para su mejor exhibición. De manera integral se han atendido cuatro salas, mientras que en las otras siete se han realizado trabajos generales. Las salas permanentes requieren atención constante en virtud que la gran mayoría de los soportes de los bienes se integran por materiales de origen orgánico y están sujetos a ataques biológicos que contribuyen a su degradación. La documentación consiste en realizar dictámenes, sobre materias primas, identificación de técnicas de manufactura; se actualizan los catálogos de seguridad de los bienes culturales expuestos en las salas permanentes. Fueron atendidas las necesidades de restructuración de la sala Costa del Golfo y la actualización de la sala Mayas de las Planicies.