Durante octubre de 2019 a mayo de 2022, y como parte de la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y las instalaciones que conforman la Base Aérea Militar No. 1 Santa Lucía, así como la Base Militar No. 37-D, se realizó el Proyecto de Salvamento Arqueológico en el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA) en Santa Lucía, Municipio de Zumpango, Estado de México, a cargo del doctor Rubén Manzanilla López, investigador de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH. Siendo uno de los resultados principales, la recuperación de material paleontológico de vertebrados del Pleistoceno final, de 509 unidades de excavación en una superficie explorada de al menos 6700 hectáreas. La estimación de sólo los macro restos de vertebrados es de más de 60, 000 elementos óseos recuperados, siendo los más abundantes los correspondientes al mamut colombino (Mammuthus columbi). La cantidad de material paleontológico recuperado implicó gestionar la creación de un espacio que permitiera su almacenamiento, así como las tareas de curación (conjunto de numerosas actividades y diversos procedimientos que buscan mantener la utilidad y accesibilidad de los ejemplares e información al corto, mediano y largo plazo; con lo que, además, se mantiene una organización eficiente de la información y del acervo), lo que dio pauta a la construcción de un espacio específico para ello dentro de las instalaciones de la Base Aérea Militar No. 1 de Santa Lucía, Zumpango, Estado de México. Este espacio es conocido como el Centro de Investigación, que tiene una superficie de 2628.11 m2, contando con un área de colecciones, laboratorio, área de restauración y área de recepción; cuenta con mobiliario específico para cada actividad. A la fecha almacena parte de la diversidad de materiales paleontológicos como sedimentológicos recuperados en asociación para estudios futuros. El reto es convertir dicho espacio en un Centro de Investigación de paleontología, y que la colección paleontológica puede considerase de tipo científica, de ahí el objetivo de generar este proyecto, para establecer los estándares mínimos requeridos en el proceso de un continuo curatorial con base en los criterios de Hughes y colaboradores (2000), lo que asegurará la permanencia a largo plazo de este acervo, materia prima de investigación científica, y garante de la existencia de la investigación paleontológica del Pleistoceno tardío en México.