A partir de mi incorporación al CIS, en julio de 2012, con el apoyo del Proyecto: Colecciones comparativas de los materiales arqueológicos bajo resguardo del Centro INAH Sonora, se han sometido a la labor curatorial los restos óseos humanos que estaban depositados en la bodega de materiales arqueológicos del Museo Regional de Sonora; son las conocidas como colecciones históricas que datan de la conformación del Centro en la década de los setenta del siglo XX. Muchos de los restos revisados corresponden a decomisos, saqueos y rescates algunos con información otras no. El proceso curatorial consta de los siguientes pasos: 1. Documentación inicial y fotografía de la caja y de los restos que contiene; 2. Ventilación; 3. Asignación de un número de inventario y su registro en Sistema Único de Registro de la DNRPZAMH. 4. Control de la información de referencia con la contenida en el interior y en el exterior de la caja; 5. Archivo del material escrito recuperado dentro de cada caja; 6. Toma de muestras en los casos requeridos; 7. Remoción de suciedad y conservación de los elementos; 8. Registro de las variables bioantropológicas básicas (inventario gráfico del número de elementos óseos presentes en cada individuo; grado de completitud de cada elemento, sexo, edad, lesiones patológicas, modificaciones corporales: deformación craneana y limado dental, etc.); 9. Registro fotográfico de patologías y características morfológicas, naturales y culturales, del esqueleto, para su inclusión en catálogos temáticos; 10. Registro de datos métricos, necesarios para caracterizar a los individuos que conforman la colección (por ejemplo, estatura); 11. Incorporación de la información recuperada en una base de datos con la información básica del entierro y otra para los datos osteométricos); 12. Proceso de embalaje y almacenaje. 13. Redacción de un informe que contiene la información general de la colección. En el proceso de revisión de este material, el CIS otorgó presupuesto para la adquisición de material de embalaje: cajas de cartón, diseñadas en sus dimensiones para contener un esqueleto adulto completo, hecho de cartón desacidificado, lo que permitió optimizar el espacio disponible para el almacenaje de restos y su adecuada conservación. En el marco de las conceptualizaciones modernas acerca de las colecciones osteológicas y sus connotaciones éticas, actualmente se considera como imprescindible mantener la asociación de todos los elementos de un mismo individuo junto con la información documental disponible para cada muestra, aplicar estrategias no invasivas de conservación y promover un ambiente protector. Desde esa perspectiva, el Plan Integral de Manejo de Colecciones Osteológicas del CIS que se implementó de lleno en 2013, con el área de antropología física y el proyecto de colecciones comparativas pretende, como uno de sus fines últimos, promover el avance de las investigaciones a través de la generación de información documental completa y detallada, de manera que el potencial interpretativo de estas colecciones pueda estar disponible para investigadores procedentes de cualquier lugar del mundo. Además, a nivel interno, se enmarca en uno de los lineamientos básico que dirige las actividades que se desarrollan en el Instituto Nacional de Antropología e Historia que es considerar que los museos son entes que rescatan, investigan y valorizan la realidad pasada y presente para luego proyectarla de manera crítica a la sociedad. Este Plan de Manejo se encuentra en sus primeros pasos y tiene una perspectiva de largo plazo, permitir y desarrollar nuevas investigaciones a partir de las llevadas a cabo en el pasado a partir de una concepción diferente de las muestras osteológicas, potenciándolas como consecuencia de la generación de colecciones más completas y mejor acondicionadas y contextualizadas. Resulta de esencial importancia desarrollar mecanismos para poder mejorar aspectos que hacen a la práctica diaria, centrados en la necesidad de contar con los insumos adecuados y con una infraestructura edilicia que garantice el mantenimiento de un medioambiente adecuado para las colecciones bioantropológicas. Afortunadamente, el principal motor que sostiene el proceso en la actualidad es el espíritu eminentemente vocacional de los recursos humanos formados y en formación en cada una de las especialidades que pueden contribuir a su avance.