En el 2018 la Orden de la Merced cumplió 800 años de haber sido fundada en Barcelona, España. Su propósito original fue rescatar cautivos cristianos en poder de los musulmanes en el norte de África, para efectuar lo anterior los mercedarios emprendieron numerosas redenciones -como así se denominaban sus rescates- a través de la compra de los cautivos. La orden religiosa se creó bajo el modelo de una orden militar como la de los templarios, por lo que su organización y desempeño tuvo particularidades propias de caballeros, como lo fue su organización jerárquica, constituciones, títulos, uso de armas, blasones, etc. Sin embargo, en el siglo XIV los mercedarios abandonaron su naturaleza seglar y militar para sólo contemplar el aspecto religioso teniendo una extensa presencia monacal en los reinos cristianos de la cuenca del Mediterráneo. En el siglo XVI la orden de la Merced se extendió a varias latitudes americanas, principalmente en los virreinatos del Perú y Nueva España donde fundaron sus conventos y colegios en las principales ciudades, villas de españoles y puertos, en cuyos sitios sus actividades se vieron reflejadas en la doctrina cristiana, educación, ciencia y artes. Para el caso de Nueva España su provincia se llamó de la Visitación, conjuntando poco más de veinte conventos localizados principalmente en el centro del virreinato, aunque hacia el norte mostró una tendencia de expansión. En este tenor, desde la perspectiva de este proyecto el establecimiento de varios conventos en el norte novohispano sugiere advertir el interés de la orden mercedaria en consolidar su presencia en esta amplia región, principalmente en sitios de actividad económica relevante como lo fueron los reales de minas.