Premio
2024
La restauración de las cárceles de La Perpetua
De los once inmuebles históricos que constituyen el acervo universitario en el Centro Histórico de la Ciudad de México, la Antigua Escuela de Medicina es uno de los más ricos y emblemáticos en la historia de la Universidad Nacional. En su auditorio -Gustavo Baz Prada- sesiona el
Consejo Universitario, es donde las y los alumnos de los primeros años de la licenciatura en Medicina toman las asignaturas de Historia y Filosofía de la Medicina; y alberga también, una gran cantidad de seminarios, talleres, congresos, exposiciones y eventos.
El Palacio de Medicina, construido de 1732 a 1736 por el arquitecto Pedro de Arrieta, fungió durante casi un siglo como la sede del Tribunal de la Inquisición. Con el paso de los años tuvo varias funciones, entre ellas, la de cuartel, pero no fue sino hasta mediados del siglo XIX, cuando docentes de la Escuela de Medicina —que operaba de forma itinerante— pidieron al gobierno que les fuera donado. Este hecho cambió el potencial de la enseñanza de la medicina en México y en todo el continente. En 1956, la Escuela se mudó a Ciudad Universitaria y, en la década de los ochenta, el rector Guillermo Soberón decidió establecer en ese inmueble el Museo de la Medicina Mexicana.
A lo largo de las últimas cuatro décadas, la UNAM ha realizado diversas acciones de rescate y remodelación, rehabilitando sus espacios para el disfrute de nuestra comunidad y de la sociedad. Así, por iniciativa de la dirección de la Facultad de Medicina, en 2016 iniciaron los trabajos para recuperar la última sección que hacía falta: las celdas de las cárceles de La Perpetua, en donde estuvieron presos personalidades históricas como Fray Servando Teresa de Mier y José María Morelos y Pavón. Estos espacios, en donde hubo oscurantismo, tortura y cerrazón, estarán ahora llenos de memoria, libertad, pensamiento crítico y pluralidad, características de nuestra casa de estudios. Albergarán el museo de sitio sobre la Inquisición y el acervo de la biblioteca histórica -Doctor Nicolás León-, con tomos de enseñanza de la medicina desde el siglo XVI a la fecha.
En nombre de toda la comunidad universitaria, agradezco y reconozco el empeño y creatividad del doctor Xavier Cortés Rocha, profesor emérito, quien coordinó los esfuerzos de expertos de las facultades de Medicina, Arquitectura, del Instituto de Ingeniería, de la dirección de Patrimonio Universitario y del Instituto Nacional de Antropología e Historia. De igual forma, celebro la iniciativa del doctor Germán Fajardo Dolci y de su equipo de trabajo para dar continuidad al rescate del espíritu y la identidad del patrimonio resguardado por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Consejo Universitario, es donde las y los alumnos de los primeros años de la licenciatura en Medicina toman las asignaturas de Historia y Filosofía de la Medicina; y alberga también, una gran cantidad de seminarios, talleres, congresos, exposiciones y eventos.
El Palacio de Medicina, construido de 1732 a 1736 por el arquitecto Pedro de Arrieta, fungió durante casi un siglo como la sede del Tribunal de la Inquisición. Con el paso de los años tuvo varias funciones, entre ellas, la de cuartel, pero no fue sino hasta mediados del siglo XIX, cuando docentes de la Escuela de Medicina —que operaba de forma itinerante— pidieron al gobierno que les fuera donado. Este hecho cambió el potencial de la enseñanza de la medicina en México y en todo el continente. En 1956, la Escuela se mudó a Ciudad Universitaria y, en la década de los ochenta, el rector Guillermo Soberón decidió establecer en ese inmueble el Museo de la Medicina Mexicana.
A lo largo de las últimas cuatro décadas, la UNAM ha realizado diversas acciones de rescate y remodelación, rehabilitando sus espacios para el disfrute de nuestra comunidad y de la sociedad. Así, por iniciativa de la dirección de la Facultad de Medicina, en 2016 iniciaron los trabajos para recuperar la última sección que hacía falta: las celdas de las cárceles de La Perpetua, en donde estuvieron presos personalidades históricas como Fray Servando Teresa de Mier y José María Morelos y Pavón. Estos espacios, en donde hubo oscurantismo, tortura y cerrazón, estarán ahora llenos de memoria, libertad, pensamiento crítico y pluralidad, características de nuestra casa de estudios. Albergarán el museo de sitio sobre la Inquisición y el acervo de la biblioteca histórica -Doctor Nicolás León-, con tomos de enseñanza de la medicina desde el siglo XVI a la fecha.
En nombre de toda la comunidad universitaria, agradezco y reconozco el empeño y creatividad del doctor Xavier Cortés Rocha, profesor emérito, quien coordinó los esfuerzos de expertos de las facultades de Medicina, Arquitectura, del Instituto de Ingeniería, de la dirección de Patrimonio Universitario y del Instituto Nacional de Antropología e Historia. De igual forma, celebro la iniciativa del doctor Germán Fajardo Dolci y de su equipo de trabajo para dar continuidad al rescate del espíritu y la identidad del patrimonio resguardado por la Universidad Nacional Autónoma de México.
