Premio INAH
Mención honorífica compartida
2019

Director de trabajo: Dení Ramírez Losada

Esa Reserva nomás nos vino a chingar. Territorialización eco-neoliberal y conflicto social: San Juan Raya y la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán

A partir de la creación de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán (RBTC), en 1998, las actividades económicas de las poblaciones locales fueron modificadas y, en algunos casos, encauzadas hacia la organización de actividades turísticas. En el caso de San Juan Raya (Puebla), las inconformidades por el cambio de uso de suelo suscitaron conflictos sociales por la apropiación de los recursos naturales y financieros disponibles en y para la RBTC. Este trabajo documenta tales conflictos, así como las formas en que los sanjuanenses experimentan en su “día a día” los mandatos de la conservación; la cual es analizada como una forma de “acumulación por desposesión” (según el concepto desarrollado por David Harvey) que ha revalorado recursos naturales y generado la fuerza de trabajo necesaria para realizar labores conservacionistas. De este modo, las áreas naturales protegidas en general y, en particular, las Reservas de la Biosfera han sido integradas a los caudales del capital financiero a través de su inversión en bienes y servicios “sustentables” (p. ej., ecoturismo) que posibilitan la reproducción ampliada del capital. Se destaca que desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad, la administración estatal de la conservación ha respondido a las crisis económicas y ecológicas del capitalismo; se ha caracterizado por expropiaciones de tierras, cambios de uso de suelo y desplazamientos poblacionales en el mundo que, a pesar de los conflictos derivados, las autoridades estatales, sociedad civil y el sector privado suelen omitir o tergiversar deliberadamente. Este trabajo indaga, analiza y pone a “ras de suelo” tales conflictos en San Juan Raya; también analiza críticamente las respuestas de los sanjuanenses en torno a la organización de actividades “ecoturísticas”, pues lejos de ser sus propias iniciativas, antes bien responden a la territorialización eco-neoliberal del Estado mexicano (noción que se desarrolla a lo largo del documento) y al dominio del capital financiero que incentiva un modelo de desarrollo sostenible en un contexto de producción insostenible. Un hecho es innegable: las diferentes generaciones de sanjuanenses han devenido durante el siglo XX y principios del XXI (vía la coerción, el consenso y la persuasión) como agricultores de temporal, pastores, leñeros, ganaderos, izoteros, migrantes y, recientemente, en “sujetos conservacionistas”. En este sentido, la conservación de la naturaleza, así como su mercantilización se suman a las prácticas neoextractivistas y neocoloniales que reproducen desigualdad y pobreza en el capitalismo del siglo XXI.