La obra Dinámica y desarrollo de la población olmeca de San Lorenzo es el resultado de una investigación innovadora que ha podido proponer cálculos poblacionales confiables para la primera capital mesoamericana con base en la distribución diacrónica de las estructuras olmecas en el sitio. Contribuye a un mayor entendimiento de los procesos de cambio en la temprana población de San Lorenzo, Veracruz, a lo largo del Preclásico Inferior, entre 1800 y 1000 aC.

Con sus secretos profundamente escondidos hasta 23 metros bajo la superficie, la capital olmeca de San Lorenzo siempre ha retado a la ciencia arqueológica a entender su desarrollo prehispánico. Mediante pruebas con barrenos, la correlación estratigráfica y la implementación de los Sistemas de Información Geográfica (SIG), se pudo esclarecer la dimensión vertical de este sitio, el cual se caracteriza por una compleja estratificación y múltiples componentes ocupacionales. La investigación produjo modelos tridimensionales de las antiguas superficies a través de la información obtenida mediante las pruebas de barreno para lograr una reconstrucción más integral de las actividades olmecas de la que se puede obtener con técnicas arqueológicas tradicionales. La aplicación conjunta del programa de muestreo y su manejo geográfico y espacial con SIG logró conseguir un rico conjunto de datos que permite responder a cuestiones medulares sobre el desarrollo olmeca.

Esta obra integra los fundamentos teórico-metodológicos, los análisis geoestadísticos y los resultados e interpretaciones que surgieron de la información procedente de 2602 pruebas de barreno realizadas de manera sistemática e intensiva en el sitio arqueológico. Tiene como base el análisis geoespacial de los pisos de las viviendas olmecas, su tamaño y el número de sus habitantes en cada una de sus fases ocupacionales, desde su inicio hasta el final de su etapa de auge. Incluye el estudio etnoarqueológico de la densidad poblacional de Tenochtitlán, la comunidad moderna más grande de la Isla de San Lorenzo.

Pese a la magnitud y la complejidad de San Lorenzo, las autoras pudieron descifrar y rastrear patrones significativos que revelan las intrincadas facetas del comportamiento de la población olmeca. Aportan una perspectiva balanceada sobre su historia, la cual es la base para configurar un panorama preliminar y diacrónico de la dinámica y el desarrollo de la primera urbe de Mesoamérica.