La Zona Arqueológica de Izapa se localiza en el municipio de Tuxtla Chico, al sureste de Chiapas, en la región del Soconusco. El asentamiento prehispánico de Izapa presenta una larga historia ocupacional que inicia hacia el Preclásico temprano (ca. 1500 a.C.) y finaliza en el Posclásico (1200 d.C.). Sin embargo, la etapa de mayor desarrollo y crecimiento del sitio fue entre el Preclásico medio y el Protoclásico (650 a.C.-100 d.C.), siendo contemporáneo y con ello relacionándose con algunos asentamientos del horizonte Olmeca aunque también participó en los procesos socioculturales que antecedieron a los desarrollos del periodo Clásico. Durante su periodo de apogeo, en el sitio se desarrolló un patrón de asentamiento ordenado en torno a grandes plazas, con grandes basamentos piramidales y plataformas de tierra recubiertas con piedra, así como la presencia de estelas, altares y tronos con representaciones iconográficas, además de un complejo sistema hidráulico. El área principal del asentamiento cubrió aproximadamente 200 ha, sobre las cuales se distribuyen cerca de 161 estructuras que incluyen desde plataformas de carácter doméstico hasta estructuras monumentales de probable función cívico-ritual. Además, hasta el momento se han registrado 271 esculturas que incluyen estelas, altares y tronos, con características propias definiendo el denominado 'Estilo Izapa'. Los antecedentes de investigación en Izapa se remontan a la década de 1930 con la intervención de investigadores de la Carnegie Institution de Washington como Ruppert y Kidder. Los primeros trabajos de excavación se llevaron a cabo en la década de 1940 con los trabajo de Philip Drucker. En esta misma década se llevan a cabo exploraciones por Eulalia Guzmán y en la década de 1950 se encuentran los estudios de Rafael Orellana sobre las estelas y figurillas del sitio. No es sino hasta la década de 1960 cuando la New World Archaeological Foundation de la Universidad de Utah, bajo la dirección de Gareth Lowe, llevó a cabo amplias exploraciones en el sitio. Tuvieron que pasar varios años para que se pudieran realizar nuevas investigaciones y no fue sino hasta la década de 1990, cuando Hernando Gómez Rueda propone estudiar el sistema hidráulico del Preclásico en Izapa. Desde entonces y pese a la importancia del asentamiento para conocer los procesos socioculturales tanto del periodo Preclásico como de la transición al Clásico en la región del Soconusco, no se han efectuado nuevas investigaciones sistemáticas en el sitio a excepción de algunas intervenciones en áreas cercanas como el salvamento arqueológico con motivo de la construcción de la carretera Tapachula-Talismán en 2009 y del trabajo de reconocimiento regional llevado a cabo por Robert M. Rosenswig en 2011. Esto a pesar de contar con la declaratoria como Zona de Monumentos Arqueológicos desde 2002, que protege un área de 127 ha que incluye los principales grupos arquitectónicos. De igual forma, actualmente no existe un programa de restauración y conservación de los edificios abiertos al público y es necesario también actualizar la cartografía dentro del sitio que contemple además de los vestigios arqueológicos, los distintos usos de suelo dentro de la poligonal de la Zona de Monumentos.