Dinámicas, actores y prácticas de coleccionismo arqueológico en Guadalajara. Reflexiones desde la antropología audiovisual [2017]
OBJETIVO GENERAL
1.- Analizar las prácticas de coleccionismo de objetos arqueológicos que se han desarrollado en la ciudad de Guadalajara como espacios en donde se materializan las tensiones, disputas y relaciones de poder con respecto al campo patrimonial mexicano. a) Trazar una genealogía de las prácticas de coleccionismo de objetos arqueológicos, desde una perspectiva histórica y etnográfica (dialéctica). b) Definir y problematizar cuáles son los actores institucionales y sociales que han construido al campo patrimonial mexicano, específicamente vinculado con el desarrollo de la arqueología y la antropología en el período estudiado. c) Discutir y reflexionar sobre los distintos valores que instituyen los objetos arqueológicos en sus dinámicas de exhibición, circulación y destino, así como los diversos soportes materiales que fijan y conectan el sentido sociocultural a dichos valores (fotografías, videos, dibujos, etc?)
ANTECEDENTES
En la literatura especializada sobre coleccionismo arqueológico en México, existe un gran vacío en torno a los antecedentes históricos, así como a las dinámicas sociales, económicas, culturales y políticas que han configurado a dicha práctica en el occidente del país. A pesar de que existen algunas excepciones importantes (Zepeda, 2000; Dansac, 2011 y 2012) generalmente los estudios se han centrado en el coleccionismo como antecedente en la formación del Museo Nacional de México, a principios del siglo XIX (Bernal, 1979) o bien, en la formación de colecciones en la ciudad de México (Achim, 2014) o en el área Maya (Sellen y Lowe, 2009). No obstante, esto no es fortuito y responde a una agenda específica de la Arqueología mexicana que estuvo dominada durante gran parte del siglo XX, por perspectivas monumentalistas que alimentaron la construcción del Estado-Nación y fue en buena medida funcional a la ideología nacionalista que se desarrolló en aquellos años (Vázquez León, 2003). En este contexto, los trabajos del antropólogo noruego Carl Lumholtz y de la artista británica Adela Bretón, escritos y publicados entre finales del siglo XIX y principios del XX, constituyen los primeros acercamientos sistemáticos en torno al estudio de la cultura material prehispánica del occidente de México.
DESCRIPCIÓN
La presente investigación busca indagar en las tensiones, disputas y relaciones de poder mediadas por prácticas de coleccionismo ?privado- de objetos arqueológicos que se han desarrollado en la ciudad de Guadalajara. En primer lugar, se orienta una lectura retrospectiva sobre tres momentos en la historia del coleccionismo en el país; posteriormente, se definen cuáles son los actores sociales e institucionales que han tramado el campo arqueológico mexicano y finalmente se aborda el sistema de valores que define a los objetos arqueológicos en la actualidad. La perspectiva teórica-conceptual adoptada proviene de los estudios sobre cultura material, coleccionismo y la vida social de los objetos (Kopytoff, Appadurai, Mauss, Miller, Pinney, Tilley, Myers, Weiner, Buchli, Edwards, Achim, Podgorny, entre otros) así como por los estudios del patrimonio cultural (Treserras, Prats, Rowlands, Kirshenblatt-Gimblett?) y contextualizado por los estudios vinculados con la antropología del Estado (Das y Poole, Corrigan y Sayer, Roseberry, Foucault, Latour, Trouillot?). Se propone una estrategia metodológica que tome en serio las técnicas y herramientas de la antropología audiovisual (etnografías audiovisuales, textos multimedia, recursos visuales, etc...) como columna vertebral de la investigación y no solamente como muletillas o 'material complementario' del texto escrito.
NOTAS
- Descripción de actividades: La estrategia metodológica busca recoger evidencia histórica y etnográfica sobre los distintos valores que adquieren los objetos con respecto al espacio donde se encuentran, los espacios donde han transitado, las personas o instituciones que los poseen y las formas de representación que ellos traman. Mediante un conjunto de herramientas de investigación fundamentalmente cualitativa (trabajo de archivo, observación participante, entrevistas en profundidad, conducción de grupos focales y el desarrollo de un documental web multimedia) se condensará una mirada compleja sobre los objetos, sus tránsitos y sus coleccionistas. Un primer reto metodológico consiste en desarrollar un puente narrativo y analítico entre la historia reciente del coleccionismo en México (1972-2016), y lo ocurrido desde el siglo XIX. de manera preliminar, se busca recabar información sobre la formación y desarrollo de las colecciones arqueológicas del Museo Nacional Mexicano (1825) para evidenciar las tramas sociales y de poder que configuraron las prácticas de coleccionismo institucional y público en el devenir histórico de ésta institución. Las principales fuentes de información se encuentran en las series documentales resguardadas en el Archivo General de la Nación, bajo el ramo de Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, en las cajas del Museo Nacional. En segundo lugar, se buscarán informes de algunas expediciones científicas o de diarios de viajeros europeos que se dedicaron a formar colecciones arqueológicas durante el siglo XIX. Adicionalmente, se cruzará la información recabada con la historiografía y literatura especializada que aborde la historia de la ciencia y el naturalismo, así como estudios específicos sobre museos en el siglo XIX. Se seguirá la misma ruta analítica para abordar el estudio de las prácticas de coleccionismo en los dos momentos posteriores (siglo XX y 1972-2016). Para abordar el eje sobre actores sociales e institucionales del coleccionismo, desarrollaré un conjunto de entrevistas y grupos focales con arqueólogos y autoridades del Centro INAH Jalisco, funcionarios de la Dirección de Registro Público del INAH, coleccionistas particulares, responsables de museos que resguarden colecciones arqueológicas en la Secretaría de Cultura Jalisco, museos comunitarios, entre otros actores, con la finalidad de hacer una especie de mapa del campo patrimonial, que contemple y discuta las representaciones, discursos y formas de identificación que configuran dicho campo de fuerzas. Con respecto al eje sobre sistemas y formas de valoración es necesario considerar que los valores asociados con los objetos no son inherentes a los mismos, esto implica que cambian de acuerdo con los espacios, las personas y los discursos (o narrativas) que median sus relaciones de sentido; por ejemplo, no tiene la misma función y/o relevancia simbólica una pieza dentro de un museo, que en un bazar de antigüedades o en la casa de un coleccionista; en el primer caso el objeto seguramente está permeado por un discurso identitario y patrimonial, mientras que en el segundo caso, el objeto adquiere un valor de uso comercial y el tercero se puede leer como la privatización de un bien público de propiedad nacional. Otro ejemplo puede ser la réplica de algún objeto arqueológico que se ofrece como souvenir en las tiendas de los museos y se muestra como una estrategia para frenar el saqueo patrimonial. Por tanto, un ejercicio básico para esta investigación será la elaboración de herramientas para detectar cómo se relacionan los coleccionistas con sus objetos en el hogar, es decir, la relación que entablan en la cotidianidad y en el espacio doméstico permite conocer el nivel de interacción y valoración de estas personas con los objetos. La forma como se despliegan en el espacio, la posición de unos objetos frente a otros o el lugar donde se muestran o se ocultan determinadas piezas, evidencian los criterios de selección y exclusión que los coleccionistas utilizan para impregnar de sentido a sus espacios cotidianos. Una de las herramientas etnográficas para esta investigación será la que inicialmente puedo denominar como Cartografía doméstica de las colecciones que consiste en el levantamiento fotográfico, audiovisual y/o de dibujos en conjunto con los coleccionistas para detectar el sistema jerárquico de valores mediados por los objetos precolombinos. Lo anterior nos conduce al tema de las memorias audiovisuales del coleccionismo. En éste sentido, el trabajo etnográfico estará orientado a recabar fotografías, dibujos y videos caseros de los archivos personales de los coleccionistas, entendidos como la materialidad de los distintos valores asignados a los objetos arqueológicos. Mediante técnicas como la foto-elicitación y el visionado conjunto de los materiales audiovisuales, se busca analizar y pensar críticamente sobre los diversos soportes materiales que fijan y conectan el sentido sociocultural a los valores asociados con los objetos. Documental web multimedia Esta propuesta de investigación está pensada para desarrollarse con herramientas metodológicas de la antropología audiovisual. En este sentido, se plantea que existen distintas formas de escritura académica más allá de los textos escritos y en éste caso, un texto multimedia permite que los lectores accedan a significados en base de la experiencia y representación de los lugares y los objetos. En este sentido, se utilizará al registro audio visual como cuaderno de campo, cuidando que la mirada sea reposada y reflexiva (Grau, 2008). Sin embargo, considero que el producto multimedia planteado, merece una mejor descripción y delimitación formal y conceptual. No obstante, este punto específico del proyecto se trabajará paralelamente con los ajustes metodológicos durante el desarrollo del mismo.
En la actualidad, el coleccionismo de piezas arqueológicas es uno de los componentes del circuito de valor patrimonial y uno de los eslabones del llamado Tráfico Ilícito de Bienes Culturales (TIBC) de acuerdo con la definición planteada en la 17ª reunión de la UNESCO, celebrada en París el 16 de noviembre de 1972. A pesar de ser un fenómeno de larga data en México, considero que las discusiones que aborden al coleccionismo de objetos arqueológicos desde una perspectiva etnográfica son todavía limitadas. Si bien es cierto que existe literatura importante en este ámbito (Mesa Dávila et. al., 2009, Arqueología Mexicana, 1996, Sánchez Nava y López Wario, 2010, entre otros) en estos abordajes se privilegian las dimensiones jurídicas, normativas o institucionales del problema, en el sentido de asumir al coleccionismo como una práctica 'ilegal', antes que comprenderlo como una práctica social que se inserta al interior de campos de fuerzas y de una economía política en donde actúan distintos elementos estructurales como el mercado, los discursos patrimoniales, las ONG's, los movimientos sociales o los cada vez más crecientes reclamos de las comunidades locales por la creación de espacios de participación y gestión comunitaria de sus patrimonios culturales. En este sentido, si asumimos al coleccionismo como parte de una economía simbólica de consumos culturales, entonces podremos pensar en preguntas como ¿cuáles son las lógicas del consumo (material y simbólico) del patrimonio arqueológico por parte de los ciudadanos?, en lugar de preguntas como ¿qué es el patrimonio arqueológico? o ¿cuál es su devenir histórico?. Lo anterior, implica posicionarse desde una perspectiva que trasciende el lugar común que insiste en ver al Patrimonio Cultural enmarcado en un discurso culturalista, identitario, conservacionista y eminentemente técnico-jurídico, para colocar la mirada en la praxis realmente existente y localizable en ámbitos concretos y situados. Al abordar el estudio desde éste enfoque no quiero decir que estoy a favor de ?naturalizar? la mercantilización del patrimonio, tampoco estoy planteando que la explotación patrimonial en términos de ?turismo y desarrollo? sea la fórmula adecuada para resolver los problemas patrimoniales. Al contrario, me parece que el hecho de que en los circuitos institucionales y oficiales no se han discutido suficientemente estas otras formas en que los sujetos y las personas se relacionan con los entornos arqueológicos, nos habla precisamente de una lógica que estimula el incremento de prácticas opuestas a las que buscan erradicar; o dicho de otra manera, existen micro-prácticas de poder (Foucault, 1980) como el saqueo y el coleccionismo privado de piezas arqueológicas, porque paralelamente existe una economía de mercado operando y contestando al discurso patrimonial desde sus espacios de reproducción. En síntesis, intento situar al Patrimonio Cultural en el interior de una economía política que no atañe solamente al mundo de la burocracia cultural, la experticia, las instituciones y los museos; sino que se también se articula con las agendas sociales de las comunidades, los tránsitos, tráficos y transacciones de la cultura material (locales y globales), las lógicas del mercado y del consumo turístico, así como sus respectivas concreciones y representaciones materiales. Finalmente, considero que es importante tener claro el mapa de actores, relaciones y disputas por el patrimonio, así como herramientas teóricas más sofisticadas y mecanismos más efectivos de socialización y participación ciudadana, si queremos avanzar en la construcción de leyes e instituciones más acordes a nuestro tiempo.
Folio SIP
21364
Fecha de inicio
2017-01-01
Fecha de término
2021-12-31
Categoría
Unidad Administrativa
Área normativa