Este estudio tiene como intención deshebrar el funcionamiento de dos plataformas digitales de trabajo, llamadas Hilfr y Happy Helper, que ofrecen servicios de limpieza doméstica en la ciudad de Copenhague, capital de Dinamarca, y cómo esta clase de trabajo se combina con un permiso de residencia y trabajo temporal llamado Working Holiday Visa usado principalmente por migrantes de Chile y Argentina.

La investigación pretende hacer un análisis acerca de cómo la combinación de las plataformas y la visa afecta las condiciones laborales y de vivienda de estas migrantes; cómo este proceso está históricamente inserto en un esquema más amplio de la migración laboral a Dinamarca y la división internacional del trabajo de cuidados y cómo los esfuerzos sindicales por proporcionales mejores condiciones laborales a través de un acuerdo colectivo han resultado inútiles debido a la naturaleza temporal, precaria y rotativa de la estancia de estas trabajadoras que la plataforma contrata.

A través del uso de entrevistas a profundidad con las trabajadoras en cuestión, documentos del archivo del parlamento danés, así como recursos de la etnografía digital usados en el análisis de variados perfiles personales y grupos de la red social Facebook, blogs y sitios web de noticias, esta investigación pretende contribuir al análisis de las implicaciones de una forma de trabajo que conjuga una reciente e inexperta innovación tecnológica –las plataformas– con un tipo de trabajo ampliamente diseminado en todo el mundo desde hace siglos, hecho principalmente por mujeres –el trabajo doméstico–, revelando así una división internacional del trabajo que utiliza la fuerza del trabajo de cuidados del sur global para servirle a los llamados países “desarrollados”, reforzando además el papel del trabajo de servicios y la servidumbre como relación de clase, que, en el caso de la limpieza doméstica en específico, representa también una división sexual del trabajo.

Así mismo, esta tesis explora el surgimiento de las plataformas digitales de trabajo y su necesidad de encontrar fuerza laboral barata, móvil e independiente que encaje en el marco de la “gig economy” y que en el caso de Dinamarca, atienda la demanda de trabajadoras jóvenes que desempeñen servicios de limpieza doméstica una vez que el uso de estas se renovó con la creación del programa au pair y, en la última década, con la Working Holiday Visa, garantizando mantener tanto el uso de esta clase de trabajo como la precariedad y rotación de quienes lo realizan.