Entre los años 1997 y 1999, un coleccionista de piezas arqueológicas reintegró a la Nación Mexicana materiales arqueológicos de naturaleza vegetal sustraídos clandestinamente por saqueadores de cuevas secas localizadas en la parte norte del Estado de Guerrero. Desde 2016, en el Laboratorio de Arqueobotánica de la Subdirección de Laboratorios se han estudiado algunos de los materiales arqueológicos de esa colección. Bajo el proyecto SIP con número de folio 17081, se analizaron al rededor de centenar y medio de textiles que resultaron estar elaborados con fibras de maguey, ficus o amate y palma; además, se lograron establecer las técnicas de manufactura de los mismos. A partir de 2020, en el proyecto SIP con número de folio 30179, se inició el análisis de ocho huaraches de un conjunto de poco más de 50 piezas. Además de establecer que los mismos fueron manufacturados con hojas de palma soyate (Brahea dulces), durante 2021, el Laboratorio Nacional de Espectrometría de Masas con Aceleradores del Instituto de Física de la UNAM realizó el fechamiento de dos de ellos, determinando que sus edades radiométricas fueron 947 ± 25 y 736 ± 30 años antes del presente. Durante 2022, el Laboratorio Nacional de Espectrometría de Masas con Aceleradores del Instituto de Física de la UNAM entregó los resultados de cuatro fechamientos más: 2341 ± 45 (fecha más antigua); 1261 ± 35; 1000 ± 35 y 949 ± 35 años antes del presente. Además, se llevó a cabo el análisis de la técnica de elaboración de cada uno de los ocho elementos, estudio que permitió establecer que la pieza más antigua, en realidad no es huarache sino que se trata de un objeto cuya utilidad o uso no se puede establecer por encontrase en proceso de elaboración. El examen de los ocho elementos puso de manifiesto que cada uno de ellos está tejido con ligamento de tafetán o plana, siendo la única variable, el número de urdimbres utilizadas que pueden ser dos, tres, cuatro o una combinación de tres y cuatro en una misma pieza. La importancia académica del estudio radica en la poca cantidad de piezas textiles arqueológicas de la Cuenca del Balsas que existe y que, a partir de su conocimiento, se pueden realizar inferencias arqueo-etno-botánicas y socioculturales relevantes.