El proyecto surge como parte de la necesidad de tener un conocimiento cercano en torno al patrimonio cultural inmaterial de los pueblos originarios de Sonora, en las regiones del desierto, costa, valle, sierra y zonas urbanas y de migración. Número de folio en el ejercicio anterior o más reciente: 31530 La principal línea de investigación es la antropología simbólica y la antropología de la etnicidad y el estudio del patrimonio cultural inmaterial; el proyecto dio inicio en el año 2014, trabajando con los pueblos macurawe / guarijío, tohono o'odham, comcáac / seri, y o'ob / pima inicialmente, ampliando el campo de acción a los yaquis de Hermosillo, los yoeme yaqui, los yoreme mayo y los pueblos de origen migrante. Pueblos que están siendo fuertemente afectados por destrucción de sus territorios, la violencia, el desplazamiento lingüístico. Se realizó un diagnóstico en base a nuestra experiencia previa de campo, se reforzó así el enlace con las comunidades originarias, revisión bibliográfica, trabajo de campo, registro de fiestas, ceremonias, rituales, sitios sagrados. Trabajo con comunidades y autoridades tradicionales, promotores culturales y centros de cultura indígena, participación académica y organización de seminarios, talleres, foros y congresos; exposiciones etnográficas, registro en audio y video de expresiones del patrimonio cultural inmaterial. Etapa inmediata anterior, con sus logros más sobresalientes, retos identificados y pendientes relevantes que no pudieron ser atendidos. Al inicio del año se organizaron y llevaron a cabo actividades de divulgación e investigación en el Festival de Álamos, con mesas de diálogo, presentaciones de canto y danza de los pueblos y presentación de libros. Posteriormente comenzamos a organizar el ciclo de conferencias De la Ceniza a la Gloria, de la cual se lograron realizar las dos primera sesiones, antes de la cuarentena por la pandemia. Ante la llegada de la pandemia, comenzamos a establecer contacto con gente de diversas comunidades para tratar de entender la percepción y respuesta de los pueblos. A partir del mes de abril, trabajando desde casa logramos participar en diversos eventos virtuales, trabajando también en la organización, sistematización y edición de una serie de materiales en video, titulado Un verano de antropología. Participamos de manera virtual en los festivales de Magdalena de Kino y Hermosillo. Entre el mes de mayo y julio estuve incapacitado por cuestiones médicas. Entre el mes de agosto y diciembre, bajo mi propio riesgo y recursos, tuve oportunidad de realizar trabajo de campo entre los o'ob, comcáac, macurawe y yoeme yaqui, registrando diversos procesos rituales y platicando acerca del impacto de la pandemia en la vida de las comunidades y en sus procesos rituales.