El folio anterior 1022. El género y la violencia son dos categorías que en las últimas décadas han cobrado relevancia social, sobre todo porque han contribuido a desmitificar el sistema sociocultural de corte patriarcal dominante, el cual se vale de ambas para su reproducción. De ahí la importancia de construir una mirada antropofísica que retome la perspectiva de género y devele los múltiples rostros de la violencia mismos que tienen sus particulares razones, escenarios, dinámicas, justificaciones, actores, así como sus consecuencias, que pueden ser evaluadas física y/o desde la integridad del ser que la enfrenta. Abordar el binomio del género y la violencia, es remitirnos a la esfera comportamental de los seres humanos, en la medida en que la violencia trasciende nuestra biología o emocionalidad, en tanto alude a conductas racionales con declarada intencionalidad, aunque se disimula por todo un entramado de creencias y prácticas sociales que normalizan estas asimetrías de poder en todos los ámbitos de relación social. De ahí el interés por indagar las viejas y nuevas prácticas en torno a la violencia en las relaciones entre los géneros, mismos que en las últimas tres décadas se han modificado y que gestan nuevas formas de relacionarse entre hombres y mujeres y donde se abrieron matices ante la diversidad sexual.