Las zonas arqueológicas abiertas al público tradicionalmente no habían recibido la suficiente atención en sus monumentos prehispánicos, por lo cual se han generado varios problemas de conservación en dichos edificios, al no existir un programa de monitoreo, detección y atención de afectaciones en los edificios mayas abiertos al público. La exposición a la intemperie y la misma visita pública generan problemas de conservación que es necesario atender de forma periódica. En 2010 se planteó un proyecto dedicado a la atención a los problemas que se observan en las áreas que son accesibles al público. El proyecto incluía las 16 zonas arqueológicas con la intención de que una vez consolidado el proyecto, las zonas fueran atendidas cuando menos cada 2 o 3 años de forma periódica. En 2011 se inició este proyecto, trabajando zonas arqueológicas en tres regiones de la geografía estatal: norte, sur y oriente. En 2012 debido al cierre presupuestal los recursos aprobados no fueron ministrados y no fue sino hasta 2013 que se dio continuidad a las labores. Para el ejercicio 2014, en seguimiento a las instrucciones de dividir los proyectos conjuntos en proyectos individuales, se propuso que el proyecto general se dividiera en tres proyectos individuales por zona geográfica. Se realizó una división práctica donde la zona norte inicia a partir de la carretera que comunica Campeche con Hopelchén y de ahí hacia el norte. La zona sur incluye las zonas arqueológicas a los lados de la carretera que va de Escárcega a Xpuhil y la zona oriente incluye los sitios entre ambas carreteras. Los recursos aprobados para el proyecto general fueron divididos entre los tres proyectos de manera equitativa.